
El Real Madrid ya tiene a su nuevo galáctico. Después de cuatro años sin súper fichajes, Florentino Pérez logró ayer volver a presentar a uno de esos jugadores que ilusionan al madridismo y alimentan su fama de negociador implacable. Cueste lo que cueste. Tarde lo que tarde. Gareth Bale es el ejemplo. Casi dos meses de culebrón después y con una inversión cercana a los 100 millones de euros, el galés ya luce el once del equipo merengue a la espalda.
Sin embargo, al contrario de lo ocurrido con otros fichajes de relumbrón en campañas anteriores, esta temporada el Real Madrid ha introducido un importante y más que novedoso ecuación a la ecuación del mercado merengue.
Porque si en otros años el Real Madrid gastaba sin recibir ni un euro a cambio, este año los blancos han compensado (y de qué manera) sus fichajes con importantes ventas. De hecho, se podría llegar a decir que la incorporación de Gareth Bale le ha salido 'gratis'. No es del todo así, pero casi.
Los merengues han ingresado durante el mercado estival operaciones de salidas directas e indirectas por valor de 111 millones de euros, 20 más que el precio en el que el club tasa de forma oficiosa a Bale (91 millones).
De ellos, más de la mitad corresponden sólo a dos futbolistas. Entre Özil (45 millones y cinco en variables) e Higuaín (40 millones) se han recaudado 85 millones de euros. El resto proceden de operaciones como las salidas de Albiol y Callejón (22 millones entre ambos) o las cláusulas firmadas en su día en la venta de Negredo al Sevilla. Tras ser traspasado al City, el Real Madrid cobrará cuatro millones de euros.
A esta cantidad hay unir las que se podrían cobrar por Kaká, vendido al Milán por cero euros, pero cuyo traspaso se incluyen ciertas cantidades por objetivos, amén de un porcentaje en caso de que el cuadro rossonero lo venda en los próximos dos años. En este caso, además, hay que unir que el Real Madrid se libra de su alta ficha, cercana a los 10 millones de euros limpios por temporada.
Con estas cifras, el Real Madrid supera de manera más que amplia la cantidad recaudada en el que era, hasta la fecha, su año más prolijo en las ventas. Hace cuatro temporadas, en 2009, el regreso de Florentino Pérez también provocó un tsunami de salidas influidas, en parte, por las llegadas de Kaká, Cristiano, Albiol, Xabi Alonso, Benzema... En aquel verano se ingresaron 87 millones de euros.
Altos gastos en fichajes
Siendo elevadas las ventas de esta temporada, más lo han sido las compras. Y todo debido a Gareth Bale. Su fichaje ha elevado el listón de los fichajes hasta los 166 millones de euros repartidos entre el propio Bale (91 millones), Illarramendi (30 millones), Isco (30), Carvajal (9 millones) y Casemiro (6).
Es decir, que el saldo de este verano para el Real Madrid es negativo. Los merengues se han dejado 55 millones de euros si se suman ingresos y restan ventas.
Cifras elevadas que, en todo caso, se considerarán escasas o desorbitadas en función de los rendimientos que den sus protagonistas.