
La portería de la Selección Española se ha convertido en los últimos meses en asunto de debate futbolero en media España. La ausencia de Iker Casillas del Real Madrid en buena parte del curso pasado disparó las incógnitas. ¿Quién debería ser el dueño del arco en 'La Roja'? ¿Su habitual morador o Víctor Valdés?
Vicente del Bosque parecía tenerlo claro. Así lo demostró durante la Copa Confederaciones. Iker era su portero. Pese a que el de Móstoles apenas tuvo minutos en 2013, el salmantino terminó eligiéndolo a él para jugar en la Copa Confederaciones.
El supuesto retorno de Casillas a la meta del Real Madrid (ya sin Mourinho su vuelta se daba por hecha) hacía entender que Iker no se movería del arco de España para los próximos compromisos internacionales. Sin embargo, las cosas han cambiado.
Y lo han hecho para mal del madridista. Ancelotti lo ha sentado en el banquillo y aunque Del Bosque sigue defendiendo a su jugador ("No podemos tratar a Iker como uno más"), el seleccionador nacional ya no le dará la titularidad frente a Finlandia en el decisivo partido de clasificación para el Mundial que se jugará a finales de diciembre.
Víctor Valdés se ha ganado con sus actuaciones el derecho a ocupar el puesto de Casillas. Iker lo tiene complicado para volver a ocupar la meta de la vigente campeona del mundo.
Lo ha hecho no sólo por su propia incomparecencia (Iker estuvo sublime en el último amistoso de la Roja, pero sigue inédito con el Real Madrid) sino por los méritos propios adquiridos por Valdés en los últimos partidos de España y del Barça. Este miércoles, frente al Atlético de Madrid, en la Supercopa de España, el guardameta de Hospitalet salvó a su equipo de lo que parecía una merecida derrota.
Porque los culés jugaron mal. Demasiado mal. Tanto, que en la segunda mitad el Atlético les dominó e incluso mereció ganarles. Sin embargo, Valdés evitó el fracaso con dos paradas antológicas, de esas que se le exige a un portero. Ya saben, aquellas que emergen después de minutos y minutos de inactividad.
La primera llegó en la primera mitad cuando sacó una mano antológica ante Arda Turan. El turco disparó potente, a media altura y a apenas dos metros del guardameta. La bola se colaba dentro, pero Valdés sacó la mano para despejar a córner. Sus compañeros no se lo creían.
La segunda se produjo en la segunda mitad, cuando Villa cazó un esférico donde más le gusta, algo escorado a la izquierda, pero cerca del área rival. El 'Guaje' cargó la pierna derecha y soltó un latigazo seco y raso que iba camino de colarse en el palo cambiado de la meta que guardaba su ex compañero. Valdés, sin embargo, se estiró como un gato para sacar la mano y despejar lo que era un golazo cantado. Era su segundo milagro en la madrugada del Camp Nou.
Esos dos actos de calidad, unidos a su partidazo en Málaga (volvió a salvar al Barça) y a otros grandes partidos con España (en Francia también salvó a 'La Roja' en un mano a mano antológico con Ribery) han hecho que Del Bosque le dé la confianza de jugar en Finlandia, algo que ya intuía el propio Casillas antes incluso de que se jugase el duelo de anoche, un partido antológico de Valdés que confirmó la realidad: Víctor se ha ganado el derecho de quitarle a Iker la titularidad en la Selección Española.