David Villa vuelve a Barcelona. El delantero asturiano del Atlético de Madrid jugará por primera vez con la elástica rojiblanca en el que fue su estadio durante tres campañas.
En la vuelta de la Supercopa de España (TVE, 23:00), el asturiano tratará de darle a su nuevo equipo el primer título del año y, de paso, vengarse del Barça y Leo Messi por cómo fue su salida de la Ciudad Condal. Y cuidado. Sus números contra los blaugrana amenaza con hacer realidad sus deseos.
Porque al 'Guaje' siempre se le ha dado bien el conjunto culé. Bien con la elástica del Zaragoza, bien con la del Valencia, Villa le ha clavado ocho goles en quince partidos. El último, en realidad, lo hizo en la ida ya con el Atlético. Pues eso: a Villa le encanta perforar la meta que esta noche defenderá Víctor Valdés.
Para colmo, la motivación jugará un importante papel en todo este asunto. Villa tiene ganas. Muchas ganas de marcarle al Barça y demostrar a más de uno en el Camp Nou que tenía fútbol de sobra para seguir en tierras catalanas, al menos, una temporada más. Y como muestra, un detalle: Villa nunca había celebrado los goles que había hecho a sus ex equipos. Pues bien, frente al Barça lo celebró. Y hoy, de marcar de nuevo, lo celebrará.
Villa (y su familia) ha sufrido mucho en el último año y medio. Desde que se lesionó, su vida se convirtió en una suerte de calvario que, para colmo, se agravó con los gestos y movimientos de Leo Messi. Aunque ambos lo negaron públicamente, las tensiones que mantuvieron dentro del terreno de juego hicieron que sus ánimos se meremaran.
David sigue convencido de que buena parte de sus suplencias en el curso pasado se deben, directa o indirectamente, a los gestos y gustos de 'La Pulga', propenso a decantarse por mediocampistas bajitos a su alrededor que a jugar con dos puntas natos en los costados.
Así fue como el 'Guaje' empezó a jugar menos hasta convertirse en un recurso residual que ni siquiera fue usado cuando el club más lo necesitaba, es decir, en la serie contra el Bayern de Múnich en la Liga de Campeones.
Ante este panorama, Villa salió del Camp Nou y en el Calderón encontró la felicidad que pensó que no iba a tener de nuevo. Simeone es, en parte, el culpable. Desde el primer minuto le convenció de que sería un pieza clave de su proyecto y de que ahí, en Madrid, podría crecer hasta jugar el Mundial de Brasil.
Animado por su plan, Villa no necesitó ni 24 horas para aceptar la propuesta rojiblanca.
Una vez en la capital, Simeone le ha sometido a un plan físico específico que lo dejó en tierras españolas mientras su equipo hacía una gira por Sudamérica. Agotado y extenuado, acabó esta mini-pretemporada particular más listo que nunca para empezar el curso con un tono físico espectacular. Por ahora sólo ha conseguido un gol en competición oficial, pero su fútbol está ayudando al Atlético a ser un equipo muy peligroso en este arranque de curso.
Con espacios por delante (el Barça adelantará hoy la línea) y el apoyo de Arda Turan y Diego Costa a su lado (están siendo sus mejores socios), el asturiano promete con dar más de un susto a su ex equipo esta noche. Sustos que espera convertir en la venganza perfecta robándole el título de la Supercopa a su ex equipo.
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