El FC Barcelona debutó el pasado domingo en Liga con un espectacular 7-0 que deja a los del Tata Martino como primeros líderes del campeonato.
Sin embargo, y pese a la goleada, el post-partido dejó un sabor amargo entre los blaugrana cuando Xavi Hernández acusó veladamente a Jordi Roura de desatender la táctica durante la ausencia de Tito Vilanova y de ser, de manera indirecta, el causante del mal final de campeonato (especialmente en Europa) del su equipo.
El capitán culé no fue el único en hablar de un cambio de actitud con la llegada de Martino. Busquets y Alves también hicieron mención a algunas mutaciones (especialmente en lo que a la presión se refiere) pero no fueron tan directos como el de Terrasa. "El año pasado entrenamos poco tácticamente cuando se fue Tito. Se perdieron los automatismos", comentó a Barça TV.
Semejante ataque de sinceridad (no es el único que ha tenido Xavi frente a las cámaras en los últimos años) ha provocado todo un terremoto en el Camp Nou. En primer lugar, porque ha venido a confirmar lo que todos más o menos sabían de manera solapada en la ciudad: el adiós de Tito supuso un duro golpe para el equipo más allá del anímico.
A Roura le sobrepasaron las circunstancias y si se consiguió finalmente ganar la Liga fue más por la inercia inicial y porque en el campeonato doméstico nadie era capaz de toser a los culés, ni siquiera un Real Madrid que cejó en su empeño de luchar por el campeonato ya en diciembre. En Europa todo fue distinto. Ante el Bayern el naufragio fue sonado.
Las palabras de Xavi también han llamado la atención porque llegan justo cuando Roura está en una posición de debilidad evidente. El técnico asistente de Tito Vilanova ha quedado relegado en el nuevo organigrama de Martino a un papel secundario.
Para colmo, el encargado de hablar del nuevo sistema es uno de los pesos pesados del vestuario, alguien que habla por boca de la mayoría de sus compañeros. Así pues, y sin que sirva de precedente, su sinceridad ha sido la de todo el equipo.
Por ello y por mucho más, en el Barça no andan nada contentos con las palabras de Xavi. Entienden que se producen a destiempo y que están cargadas de una carga de profundidad que hace demasiado daño al club y a la decisión tomada en su momento. La directiva decidió que Roura cogiera el mando porque, en parte, así lo querían también los jugadores.
Además, entienden en el club que existe una ausencia de autocrítica que no habría venido mal. Si los entrenamientos empezaron a bajar de intensidad fue, también, porque los jugadores se lo tomaron con menos seriedad que cuando Tito estaba al frente.
En aspectos clave como la presión la actitud es fundamental y en el Barça, como demostraron los resultados, faltó en algunos partidos clave.
De ahí que la postura oficiosa con respecto a lo dicho por Xavi sea de malestar generalizado. Ayer Valdés ya trató de echar agua sobre el fuego que había encendido su compañero. Se espera que Tata Martino haga lo propio en la previa de la Supercopa que jugará mañana. Incluso Xavi podría salir a precisar sus declaraciones. Todo por el bien de un equipo que, pese a todo, apunta buenas maneras en el inicio de curso.
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Gran debut...