
El culebrón del verano podría llegar a su fin en las próximas horas. Hoy es el día fijado por Florentino Pérez para la cumbre en Miami con Daniel Levy, presidente del Tottenham Hotspur, para desatascar de una vez por todas el fichaje de Gareth Bale. Eso sí, por más que sea hoy o nunca, las negociaciones no van a ser nada fácil.
Levy lo ha dejado claro, no piensa malvender a su jugador estrella como hizo el año pasado con Luka Modric, también al Real Madrid. Por eso no ha dudado en disparar la tasación del futbolista galés progresivamente hasta una cantidad que oscila ya por encima de los 120 millones de euros.
Por su parte, Florentino no está dispuesto a llegar, ni mucho menos, a la cantidad solicitada por su homólogo en el club londinense y piensa plantarse en una cifra nunca superior a los 100 millones. Levy, que necesita conservar su fama de duro negociador, no lo va a poner nada fácil, pero el máximo mandatario del Real Madrid cuenta con un factor a su favor: Bale quiere vestir de blanco.
Más fuera que dentro
El hecho de que el futbolista haya pedido de forma expresa a los Spurs que le dejen marchar y haya incluso empezado a tensar la cuerda con una incipiente rebeldía -con acciones como la negación de viajar con el equipo o su llegada con retraso al entrenamiento de ayer- juega claramente en contra de los intereses del conjunto inglés, que ya le ven más fuera que dentro.
Ya lo decía ayer Keith Mills, miembro de la directiva del Tottenham, "queremos que Bale se quede, pero si un jugador está desesperado por salir, es muy difícil obligarlo a permanecer en el equipo". Mills sabe de lo que habla, eso mismo fue lo que desencadenó, en último término, la salida de Modric rumbo al Santiago Bernabéu el verano del año pasado.
En definitiva, Bale fichará por el Real Madrid sí o sí y ya no hay vuelta atrás, para regocijo de Florentino Pérez, quien quiere al galés de blanco sea como sea. Pero hoy lo que está en juego es el precio que hay que pagar y, a buen seguro, por mucha rebaja que obtenga el presidente blanco, en las próximas horas se podrá comprobar cómo Daniel Levy ha convertido a Gareth Bale en el sueño más caro de la historia del fútbol.