
El fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid empieza a caminar por los derroteros de otros fichajes con los que el equipo blanco ha reforzado su plantilla. Y es que el jugador galés maneja la opción de declararse en rebeldía total con su equipo para forzar su marcha rumbo al Santiago Bernabéu, algo que ya hicieron recientemente hombres como Modric o Xabi Alonso.
¿Qué significa rebeldía total? Negarse a entrenar con el resto de sus compañeros del Tottenham, no jugar los amistosos que disponga en pretemporada el cuadro de los 'Spurs' e incluso hacer uso del famoso transfer request, una suerte de documento no vinculante a través del cual los jugadores reclaman a sus equipos que faciliten su salida del club.
Hasta ahora Bale parecía renegar de estas posibles alternativas por que lo colocarían en una situación complicada ante la plantilla del que todavía sigue siendo su equipo y, especialmente, frente a los aficionados que cada fin de semana enloquecen con sus jugadas en White Heart Leane.
Bale entiende que le debe muchísimo a esos fans después de que lo acogieran como un ídolo cuando fichó por el cuadro inglés siendo todavía un adolescente con buenas maneras. Sin embargo, y pese a ese cariño, el futbolista y su entorno entienden que es la única manera de desatascar el punto actual de las negociaciones. Fichar por el Real Madrid bien puede merecer perder algo de popularidad entre la hinchada de 'Spur'.
En lo que llevamos de verano Bale ya había dado algunas muestras de esta actitud, cuando, por ejemplo, en la gira del equipo en Hong Kong, alegó estar lesionado y sentir molestias musculares para no entrenarse al mismo ritmo que sus compañeros y no jugar los amistosos allí concertados.
Sin embargo, en sus planes no estaba dar este puñetazo en la mesa. Según su versión, el presidente del equipo, Daniel Levy, le había prometido que lo dejaría libre si llegaba una buena oferta y el equipo no entraba en Champions. Y así paso. Pero Levy no cedió.
Ahora el mandatario ha explotado por las informaciones que le llegan desde España y ha decidido reclamar 145 millones por Bale, algo que no ha gustado al jugador y a sus padres. Los progenitores del chaval también han reclamado que lo dejen ir. Pero la técnica no funciona.
De ahí que el extremo izquierdo medite dar un paso al frente que deje claro ante la opinión pública qué sucede en todo este asunto y su verdadera postura: quiere jugar en el Real Madrid.