El Real Madrid sigue centrado en dos frentes más allá de lo que sucede en el terreno de juego. El primero es el que afecta a la contratación de Gareth Bale. El segundo, el que apunta a la renovación de Cristiano Ronaldo. Y aunque ambos son aparentemente independientes, en realidad están unidos entre sí como si de dos vasos comunicantes se tratasen.
Porque la llegada de Bale puede suponer una importante mutación en eso que Florentino Pérez suele llamar el "ecosistema del Real Madrid", entendido como tal la tabla de salarios y política de fichajes del equipo merengue.
Hay que tener en cuenta que las cifras que se manejan en torno al galés son las mayores de los últimos cuatro años, precisamente desde que Cristiano Ronaldo llegó a la capital de la mano del máximo mandatario blanco.
Comparaciones peligrosas
Hagamos cuentas. Los merengues están dispuestos a poner unos 90 millones de euros por su incorporación y le ofrecen un sueldo cercano a los 10 millones de euros mientras que el Tottenham pide unos 145 millones, o la inclusión de algún jugador en la operación. Pues eso: dispendio sin igual.
¿Y qué tiene que ver Cristiano Ronaldo en esta historia? Mucho. Porque si para el Real Madrid es importante fichar a Bale, más importante todavía es mantener a Cristiano en su plantilla y mantenerlo, sobre todo, feliz dentro del grupo. A lo largo de estos cuatro años vestido de blanco el portugués siempre ha dejado claro que le gusta sentirse importante en del equipo merengue y fuera de él.
De hecho, la crisis de hace casi un año (aquella que comenzó con un "estoy triste") explotó precisamente por un agravio comparativo: CR7 se sintió solo en la gala de la UEFA que premió a Iniesta y Messi, jugadores que, ellos sí, estuvieron escoltados por los pesos pesados del equipo culé.
Cristiano quería un trato similar al de las otras dos estrellas de la noche. A partir de ahí, el resto es sabido: un proceso largo de renovación que desde el Bernabéu se espera que concluya en breve con la firma del nuevo contrato del luso.
De conseguirlo, el Real Madrid tendrá luz verde para firmar a Bale por los ya citados 10 millones de euros anuales, toda vez que el galés no igualaría el salario de la estrella merengue. Bale sería el segundo futbolista mejor pagado de los blancos (junto con Kaká). Cristiano, así pues, mantendría su estatus de mejor jugador de la plantilla.
En caso contrario, en caso de que Bale firmase bajo estas condiciones y Cristiano no hubiera renovado, habría problemas a la vista. Él, CR7, quiere liderar al Real Madrid en todos los sentidos. Ver como un recién llegado le iguala en sueldo podría entenderlo como un desprecio hacia su importancia dentro del equipo.
Menos de 96 millones
Algo parecido sucede con la cantidad que finalmente pagarán los blancos por Bale. Desde el Bernabéu se insiste en que no se quiere superar la barrera de los 96 millones abonados en su día por Cristiano Ronaldo. Ése es el límite psicológico por encima del que se teme que el ariete blanco vea peligrar su condición de jugador franquicia. Si finalmente el galés acaba en el Real Madrid por más dinero de lo que costó CR7 el portugués podría reaccionar viendo en la operación un ataque a su estatus.
Y es que en el entorno de Cristiano no verían con buenos ojos semejante inversión por Bale cuando, en los últimos dos años han tenido parada la renovación de su futbolista por cifras bastante menores que las que moverá el todavía futbolista del Tottenham.
Es por eso que desde el Bernabéu se mueven con máxima delicadeza en este sentido, algo que saben en Londres y tratan de usar como arma arrojadiza contra los blancos.
Levy, presidente del Tottenham, está obsesionado con convertir la salida de su jugador en la operación más cara de la historia del fútbol. Quiere superar esos 96 millones pagados por Cristiano Ronaldo e incluso que la cantidad final tenga tres cifras, esto es, que supere los 100 millones de euros.
La renovación clave