
El caso de Cesc Fàbregas comienza a hartar al FC Barcelona. El catalán sigue siendo el objetivo número uno del Manhcester United (los ingleses han puesto hasta 40 millones por él) y, aunque el Barça ha dicho por activa y por pasiva que no lo venderá, los diablos rojos insisten mientras el jugador calla. En la Ciudad Condal están molestos con la actitud de su jugador.
Y es que desde que se hizo oficial este interés confirmado por todas las partes, el único que no ha abierto su boca ha sido el propio jugador. Cierto es que desde Inglaterra se insiste en que habría confesado su deseo de irse e incluso que podría estar esperando la llegada del Tata Martino para decidir qué hacer, si pedir al club su marcha o quedarse y rechazar al United.
Sea como fuere, lo cierto es que el jugador no ha desmentido su deseo de marcharse y en el Camp Nou eso se está interpretando como la posibilidad de que, efectivamente, el jugador tenga dudas de qué hacer en el futuro.
La prensa deportiva catalana filtra este lunes como el Barça espera que el jugador hable y manifieste su deseo de quedarse, toda vez que es hoy cuando regresa al trabajo junto con el resto de internacionales españoles, Neymar incluido.
Sin embargo, desde la Ciudad Condal existe el temor de que su agente, Darren Dein, esté influyendo en el futbolista para que dé el paso de salir del Barça tal y como hizo Thiago. La llegada de Neymar pone complicado a Cesc jugar (Iniesta ocupará puesto en la medular) y aunque Xavi necesitará dosificarse, lo cierto es que el adiós de Tito (su principal valedor) pone en duda el rol de un futbolista que se ha convertido en otro dolor de cabeza para el conjunto blaugrana.