
El Real Madrid ya está en Los Ángeles. El equipo blanco ha aterrizado en la madrugada de este lunes en tierras americanas para la siguiente fase de su pretemporada. Allí, en EEUU, los merengues disputarán cuatro encuentros que servirán para que Carlo Ancelotti siga haciendo pruebas con un equipo en el que todavía emergen dudas.
Y es que la transición del sistema de Mourinho al del italiano está siendo más lenta de lo que se esperaba. El actual técnico blanco está tratando de introducir importantes novedades en una escuadra demasiado acostumbrada a jugar a la contra. A Ancelotti, sin embargo, no le gusta este método. Él prefiere el toque y la posesión, aunque para ello haya puesto patas arriba a toda la plantilla con posiciones a la que los jugadores no están acostumbrados.
Es el caso de Isco o de Özil. El primero está jugando casi de mediocentro, alejado de la mediapunta donde este curso ha brillado con el Málaga. El segundo ocupa el extremo derecho, también lejos de la zona de creación donde le gusta crear peligro.
Son dos de los cambios más sonados, aunque quizá el más sonado es el de Cristiano Ronaldo. El delantero portugués del Real Madrid ya no juega como lo venía haciendo en los últimos años. Ancelotti le ha cortado las alas
El CR7 de la era Mourinho
Vayamos por partes. En primer lugar, tratemos de explicar como jugaba Cristiano Ronaldo con Mourinho en el banquillo. El portugués dio al jugador franquicia del Real Madrid una absoluta libertad para jugar en el ataque merengue, pero siempre partiendo de una posición: la de extremo derecho o izquierdo (preferiblemente esta última). Desde este puesto, CR7 arrancaba alejado del área rival.
¿Malo para él? Al contrario: muy bueno. El ex del Manchester United es todo potencia. Todo zancada. Todo velocidad. De ahí que, arrancando desde la posición de extremo, sus virtudes brille más porque pocos jugadores hay con semejante capacidad de desborde contra la zaga rival cuando arranca en carrera.
Su capacidad de disparo desde la media larga-distancia también le permitía usar este puesto para lanzar misiles. Ya dentro del área, arrancando desde segunda línea podía sorprender a una zaga que, en estático, apenas podía frenar sus internadas.
La nueva posición de CR7
Esta nueva posición híbrida medio extremo, medio todocampismo ha permitido a CR7 explotar en las últimas temporadas hasta alcanzar números goleadores que jamás había alcanzado en Manchester.
Sin embargo, este curso Ancelotti lo quiere en otra posición. Lo quiere más pegado al centro del campo, casi casi como un mediapunta o un segundo delantero, algo que, visto lo visto esta temporada, no termina de sentarle bien.
En primer lugar, porque Ancelotti no juega con extremos puros. Son los laterales los que ocupan las bandas y, así, los hombres que ocupan la teórica posición de extremo arrancan siempre desde la zona del interior. Cristiano y Özil han sido los encargados de ejercer en estas funciones y el resultado ha sido irregular, especialmente en el caso del luso.
Porque además, en los partidos de pretemporada Cristiano está arrancando algo más cerca del área. Es decir, apenas tiene capacidad para sorprender con llegada como lo hacía cuando comenzaba pegado a la banda y con campo por delante. Cuando la bola cae a sus pies, él sólo puede tratar de regatear o disparar (también pasar), algo en lo que es bueno, pero no tan excelente como cuando lo hace en carrera.
Además, en los dos últimos partidos hemos visto en algunas ocasiones a Cristiano jugando como segundo delantero o mediapunta, es decir, arrancando desde el centro, algo que también le merma, en primer lugar, porque tiene unos 15-20 metros menos para poder esprintar y encarar a sus rivales, y en segundo lugar porque desde esta posición le suele tocar a él liderar los contragolpes y buscar a sus compañeros para que éstos rematen, y no al revés.
El curso pasado y los anteriores Cristiano solía ser el finalizador de las jugadas y no el encargado de poner la bola para que Benzema, Özil y compañía machaquen al rival.
Cierto es que, pese a todo, Cristiano Ronaldo sigue generando ocasiones de goles y rematando a puerta. Sin embargo, da la sensación de que lo hace más limitado, de manera más intermitente que cuando ocupaba el puesto de extremo.
Cierto es que son probaturas (ante el PSG el Real Madrid recuperó con Di María su sistema de extremos), pero no menos cierto es que, si finalmente Bale llega en los próximos días, Ancelotti podría tener reservado al galés las funciones que solía ejercer Cristiano, con lo que el portugués tendría que aferrarse a este nuevo sistema que, por ahora, parece cortarle las alas en el frente del ataque blanco.