Fútbol

Las siete primeras diferencias entre el Real Madrid de Ancelotti y el de Mourinho

Ancelotti demostró con Carvajal que quiere laterales ofensivos | Reuters

El Real Madrid ya ha echado a andar. El conjunto merengue goleó este domingo al modesto Bournemouth, un equipo recién ascendido a la segunda división inglesa que se comportó como un 'sparring' perfecto.

Cierto es que estos partidos suelen servir para poco más que para soltar piernas y empezar a coger tono competitivo. Sin embargo, en el caso del Real Madrid sirvió para algo más: descubrir las primeras diferencias entre el sistema que quiere implantar Carlo Ancelotti y el que usó, durante tres temporadas, José Mourinho.

'The Special One' construyó una escuadra hecha fundamentalmente para ser implacable en el contragolpe, un arte que dominaban a las mil maravillas y con el que consiguieron atosigar al mismísimo Barça. Su presión en la medular y las transiciones rápidas se atragantaron a los culés. Sin embargo, más allá de este método, el Real Madrid se atascaba, especialmente cuando el rival le obligaba a atacar en estático y no a toda velocidad.

Con Ancelotti, por lo visto ayer, el modelo cambiará. La velocidad seguirá siendo clave, pero los merengues no se convertirán sólo en un conjunto de transiciones fugaces. He aquí las siete novedades introducidas por el preparador italiano.

1.- Un nuevo dibujo

Con Mourinho el Real Madrid solía jugar con un 4-2-3-1 a veces intercambiado con un 4-3-3 en el que siempre había uno o dos mediocentros de corte defensivo. Sin embargo, con Ancelotti la cosa cambia. El preparador italiano apostó en el primer tiempo por un 4-3-3 mucho más creativo.

En la medular Khedira ejerció de Xabi Alonso, es decir, de enganche entre la defensa y el centro del campo. A sus lados, Modric por la derecha e Isco (la novedad del partido) por la izquierda, como falsos interiores. Por delante Cristiano Ronaldo partía como extremo izquierdo, Özil como extremo derecho y Benzema era el delantero.

Con este dibujo, los blancos combinaron mucho más durante la primera parte, con posesiones rápidas y largas de pelota que provocaron espacios en la débil zaga del Bournemouth especialmente con Isco y Modric, jugadores que solían abandonar sus posicione para unirse al ataque.

Ya en la segunda parte, Ancelotti volvió al 4-2-3-1 con dos mediocentros de corte más defensivo. Casemiro e Illarramendi ocuparon la medular con Di María, Morata, Kaká e Higuaín encargándose del ataque blanco.

2.- Toque rápido y corto

Durante los primeros entrenamientos del Real Madrid se pudo escuchar a Ancelotti lanzar órdenes directas a sus jugadores. "¡Toque rápido, toque rápido!" repetía en su todavía inconsistente español. Ayer, en Inglaterra, demostró el porqué de su insistencia. Quiere que el Real Madrid mueva la pelota a toda velocidad.

¿Significa ésto que el Real Madrid volverá a jugar a la contra? Sí y no. Porque el Real Madrid tuvo ayer algunos ataques rápidos usando esta técnica, pero también combinó largas posesiones en lo que, eso sí, la pelota volaba de jugador en jugador del Real Madrid. Apenas hubo conducción de balón. Sólo Özil, Isco y Cristiano se atrevieron a llevar más tiempo del necesario la pelota. El dinamismo parece que será una clave para los merengue.

3.- Las bandas para los laterales

Como hemos dicho en el inicio del texto, el Real Madrid sorprendió con Özil como extremo derecho. Sin embargo, el alemán apenas jugó por ese costado. Como tampoco lo hizo por el contrario Cristiano Ronaldo. Ambos ocuparon más el centro. Fueron más mediaspuntas que hombres de banda, lo que hizo que Carvajal y Coentrao fueran los dueños de las bandas, especialmente en el caso del primero.

El canterano se adaptó a la perfección a las diagonales que tiraban por delante de su posición. El luso, sin embargo, se mostró algo más limitado. Ya en la segunda mitad, Tscherychev se animó más con el ataque y enseñó la versión que, supuestamente, quiere Ancelotti de sus defensas por banda.

4.- La libertad del trébol

Tres jugadores tuvieron especial libertad táctico en la primera parte. Cristiano Ronaldo, Özil e Isco tenían permiso constante para abandonar sus supuestas posiciones iniciales y hacer, así, daño con sus llegadas sorpresas. Gusto especialmente el ritmo del último. Al malagueño se le esperaba más adelantado, pero no deslució haciendo las veces de interior.

Algo parecido sucedió con Özil que pese a jugar en una banda, permutó constantemente sus posiciones con Modric. El croata usó los huecos que dejaba el alemán para combinar en ataque. Lo de Cristiano ya es algo habitual. Con Mourinho también jugaba con cierta libertad aunque partiera inicialmente desde el puesto de extremo izquierdo.

5.- Pelotazo prohibido

En la defensa, el pelotazo está prohibido. Los centrales blancos, Pepe y Nacho, tenían la orden de sacar la pelota jugada, al igual que un Diego López que en alguna ocasión se llevó la orden desde el banquillo de jugar en corto los saques de puerta.

Cierto es que el método falló con un par de pases interceptados por el Bournemouth, pero en el caso de Pepe, el método resulta novedad. Con Mourinho, el luso tenía permiso para jugar la bola en largo cuando quisiera, algo que ya con Ancelotti parece estar vetado.

6.- Un plan B más rocoso.

Ya en la segunda parte, como hemos comentado al principio, Ancelotti cambió su sistema por un 4-2-3-1 en el que Casemiro e Illarramendi fueron los medioscentros. Anclado a ellos giró el resto de un equipo que, en esta ocasión, no fue tan móvil como el once que jugó en la primera parte. Con este método, el peligro llegó fundamentalmente de las bandas, donde Di María y Morata encararon con frecuencia a sus defensas.

De sus jugadas también derivó alguna llegada sorpresa al área de los dos pivotes, lo que, de confirmarse con Xabi Alonso, podría dar al de Tolosa el potencial ofensivo que perdió en los últimos años en el Bernabéu.

7.- Un Kaká más centrocampista

En el plan B entró Kaká y lo hizo como mediapunta, aunque el brasileño jugó algo más descolgado de la delantera que de costumbre. Se mostró activo, pero no consiguió deslumbrar como él mismo esperaba para convencer a Ancelotti de que todavía tiene margen para volver a ser el que el italiano conoció en el Milan.

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