Fútbol

Vilanova recae en el error de Guardiola y pide fichajes que hacen dudar al club

Thiago Silva, en el Camp Nou, como capitán del PSG | Reuters

El FC Barcelona sigue enfrascado en la búsqueda de refuerzos que puedan completar una plantilla, la culé, plagada ya de estrellas y en la que la llegada de Neymar ha supuesto un importante impulso para la entidad que dirige Sandro Rosell. A principios del verano se barajaron varios posibles fichajes, pero a día de hoy, todo parece apuntar a que sólo habrá dos incorporaciones. La del propio Neymar y la de un central que, sí o sí, debe ser Thiago Silva.

Dicho de otro forma, Tito Vilanova, entrenador culé, ha sido claro. O llega el brasileño o no quiere a ningún jugador para un puesto claramente debilitado con el limitado estado físico de Puyol, la salida de Abidal y la escasez de efectivos (apenas quedarían Piqué, Bartra, Song y Mascherano).

La actitud del preparador ha sorprendido en Barcelona. Sorprende porque el fichaje de Thiago no es precisamente fácil. Ser tan tajante al respecto de su llegada (él o sólo él) supone colocar en una situación complicada a la entidad, que deberá hacer un sobre esfuerzo económico por un jugador veterano (tiene 29 años y va camino de los 30) que tuvo a tiro el año pasado por una cantidad mucho menor de la que supondría su fichaje este curso.

Porque Thiago fue fichado por el PSG por 42 millones de euros y un salario que roza los 8'5 millones de euros netos por temporada. Si aterriza en el Camp Nou, el Barça debería, cuanto menos, igualar ese precio (por ahora se hablan de una inversión inicial de 32 millones) y superar un salario que rompería, sin dudas, la política salarial del club.

Sin embargo, y pese a todas esas dificultades, pese a que el año pasado lo tuvo en el punto de mira y lo descartó, Tito insiste en Thaigo. Él y sólo él. No hay otra opción. Tanto es así que en el Barça incluso se están planteando usar parte del presupuesto del próximo curso para acometer su incorporación.

Los antecedentes de Pep

La situación recuerda, en parte, a las actitudes que tomó en el pasado Guardiola con algunos de sus fichajes. Actitudes que le valieron sus mayores errores durante los cuatro años que entrenó al cuadro blaugrana. Porque si Pep manejó las pizarras con suprema excelencia, no lo hizo igual en cuanto a sus recomendaciones en el apartado de fichajes.

Dos fueron los casos más sonados. Y los dos llegaron en el verano de 2010. El primero fue Ibrahimovic. Guardiola lo pidió de manera insistente como fórmula para quitarse de en medio a Eto'o. El sueco acabó en el Barça en una operación cuyo coste final se acercó a los 75 millones de euros. Tras una temporada discreto, acabó cedido en el Milan con una opción de compra de apenas 24 'kilos'.

El verano en el que Ibra fue culé, el Barça realizó una importante inversión en el desconocido ucraniano Chigrinskiy. Casi 35 millones de euros gastó el club. Pep veía en él una suerte de Koeman del futuro. un jugador capaz de sacar la pelota jugada desde atrás y marcar con llegada fácil al área. Pues ni lo uno, ni lo otro. Chigrinskiy acabó siendo un pufo recordado por un error que, en Copa del Rey, le valió la eliminación al Barça. Se fue de vuelta al Shaktar Donestk por 25 millones de euros.

¿Les suena de algo estos casos? En Barcelona sí. Muchos en la Ciudad Condal ven en estas actitudes obcecadas con los fichajes la misma forma de actuar que ahora está planteando Tito Vilanova. Un forma de ser que podía dar con otra inversión millonaria para incorporar a Thiago Silva, hombre que genera dudas, no tanto por su clase, sino por elevado precio que habría que pagar por él.

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