
La derrota de la Selección Española en la final de la Copa Confederaciones ante Brasil (3-0) ha dejado varias víctimas colaterales. Y una de ellas es Álvaro Arbeloa. El jugador del Real Madrid fue uno de los señalados por su partido frente a la 'canarinha'. Muy por debajo de su estado físico, el salmantino jugó mermado y eso lo colocó en evidencia frente al torrente de los brasileños. Mala guinda para un torneo irregular de un futbolista que queda en situación delicada tanto para el propio combinado como para el Real Madrid. Álvaro preocupa en ambos equipos. Su futuro en uno y otro está, hoy, más que nunca, en el aire.
En el caso de la primera, de la Selección Española, por una cuestión que tiene que ver por el puro cambio generacional. Con 30 años a sus espaldas, se supone que Arbeloa empieza a entrar en ese momento en el que la diferencia entre la plenitud y el comienzo de la decadencia es casi imperceptible.
Cierto es que en la Eurocopa de 2012 el lateral empezó de manera discreta y acabó en plenitud. Sin embargo, 365 días después, la Copa Confederaciones ha demostrado todo lo contrario. Su inicio frente a Uruguay fue excelente, pero poco a poco se ha ido apagando. Contra Italia ya dio muestras de debilidad y ante Brasil las ha confirmado.
¿El fin de Arbeloa en España? Veremos. Porque Del Bosque parece no tenerlo claro. Cierto es que el seleccionador lo ha defendido tras el duelo frente a los brasileños, pero cierto también es que ha afirmado que Arbeloa lo dejó 'vendido' cuando, antes de la final, le comentó que no tenía problemas físicos y, en realidad, sí que los tenía.
"Arbeloa ha sido parte fundamental de este equipo y ha tenido una actuación sobresaliente, menos ayer porque estaba muy muy cansado. No fue ni a abrazar a Navas cuando mete el penalti [frente a Italia, en semifinales] por lo cansado que estaba. Me dijo que estaba recuperado y yo, claro, le creí", comentó el seleccionador en Cope.
Esto es: Arbeloa no le fue del todo sincero antes de la final. Estaba tocado físicamente y sin embargo, como todo jugador, quiso disputar el encuentro. Lo hizo y las consecuencias fueron evidentes: Neymar lo superó en todo momento, más si cabe después de ver la amarilla.
Para colmo, por primera vez en algunos años, Arbeloa tiene competencia de la seria para disputar el puesto de lateral derecho. Desde 2010, Arbeloa ha sido titular indiscutible porque, con Sergio Ramos reconvertido a central, él era el único jugador disponible para el puesto. Ya no es así.
La llegada de Azpilicueta a la Selección (es titular indiscutible en el Chelsea) le hace esta frente a una dura competencia que, en breve, se reforzará con la más que presumible presencia de Montoya (titular clave en la sub 21 y cada vez más importante con el Barça) y Dani Carvajal (repescado en el Real Madrid y mejor lateral derecho de la Bundesliga).
Es decir, que donde antes sólo había un jugador para disputarle el puesto ahora hay tres. Las cosas cambian. Y cambian también en el Real Madrid.
Mirada al Bernabéu
La llegada precisamente de Carvajal lo coloca en una situación delicada en el plano deportivo. El joven canterano aterriza en Madrid con fuerza y lo hace, además, con ventaja, porque comenzará la pretemporada antes que Arbeloa y podía gozar de mayores oportunidades en el inicio de curso (la Liga comienza el 15 de agosto).
Para colmo, en el banquillo del Bernabéu ya no se sentará José Mourinho. El luso confiaba en Arbeloa de manera casi ciega, aunque en los últimos partidos (final de Copa frente a Atlético) fue Essien el encargado de jugar en el puesto por los problemas físicos del español.
Esa confianza de Mourinho y los guiños recíprocos del jugador podrían costarle ahora caros a un futbolista que, para colmo, está en situación de minoría frente al núcleo duro de un vestuario que ahora vuelve a tomar protagonismo sin 'The Special One' en Concha Espina. Sus enfrentamientos con Casillas y Sergio Ramos son conocidos.
Arbeloa, así pues, no estará en una situación sencilla ante el resto del grupo e incluso de una parte de la afición que, por aquello de volcarse con Casillas, no ha visto bien ciertas palabras del lateral.
Movimientos que hacen que en la capital la situación del jugador también sea delicada.