El técnico del FC Barcelona Frank Rijkaard fue objeto el pasado domingo de un robo en su propio domicilio. El asalto fue rápido y sobre todo, discreto. Ni el preparador holandés ni su mujer se percataron de los hechos hasta que no accedieron a su habitación y vieron los desperfectos del atraco. Sólo el hijo del matrimonio advirtió algo extraño tras los ladridos que el perro de la familia lanzó ante la presencia de extraños.
Los asaltantes se llevaron relojes de lujo, varias joyas y sobre todo una cantidad importante de dinero en metálico no cuantificada por los miembros de la investigación.
El robo se centró sólo en la habitación de la pareja, situada en la segunda planta del chalé que el técnico holandés tiene en el barrio barcelonés de Sarriá.
Según fuentes policiales, los ladrones accedieron a él a través de escalas y se llevaron lo que quisieron en apenas 10 minutos con una celeridad sorprendente.
De hecho, el matrimonio, que durante el asalto se encontraba en la primera planta de la casa, no se dio cuenta de lo sucedido hasta que accedieron a la habitación conyugal.
Una sombra extraña
El único miembro de la familia que se percató de que algo extraño estaba sucediendo fue el hijo de la pareja, quien se sorprendió con los ladridos lanzados por el perro familiar al advertir la presencia de los ladrones.
El chaval sólo llegó a ver una sombra extraña saliendo de la propiedad de los Rijkaard, momento en el que avisó a sus padres de que algo podría estar sucediendo.
La policía ya ha iniciado la pesquisas para capturar a estos ladrones que según fuentes de la investigación son profesionales, si bien dudan de que conocieran a quién estaban robando. La celebridad de los afectados no es bien recibida por parte de este tipo de delincuentes.