Fútbol

La verdadera historia del no-fichaje de Víctor Valdés por el Mónaco

Valdés, durante su última rueda de prensa | Reuters

La semana pasada Víctor Valdés se convirtió en la estrella del Barça y no precisamente por sus paradas o acciones dentro del terreno de juego. Tras un amago de salida, el jugador terminó ratificando que se quedaba, sin descartar un adiós inmediato. Todo muy raro. Para colmo, Tito Vilanova enredó más si cabe la situación cuando lo dejó en el banquillo del partido frente al Málaga en el choque que cerraba la Liga. ¿Qué paso en realidad?

Lo que pasó es que Valdés estuvo a punto de salir esa misma semana del Camp Nou y que el portero aún tiene la esperanza de hacerlo, aunque ha sido la postura culé la que lo ha evitado. La cronología es sencilla.

Según cuenta este viernes Voz Pópuli, Víctor Valdés sí que pasó reconocimiento médico con el Mónaco tal y como informó la agencia France Press a principio de la semana. El arquero lo tenía todo atado para ser jugador monegasco. Sin embargo, el Barça se cruzó en el camino de sus pretensiones con una petición desorbitada para ponerlo en el mercado.

La entidad blaugrana pidió 18 millones de euros. Esto es, 18 millones por un portero que, siendo como es uno de los mejores del planeta, tiene sólo un año más de contrato con los culés. Quedará libre en sólo 365 días.

La cifra reclamada soprendió en Montecarlo, donde esperaban tener que pagar, como mucho, unos 10 millones de euros. Y es que Valdés será un jugador 'gratuito' el año que viene. Reclamar tanto dinero, entendían en el pequeño Principado, era un abuso, por mucho que el Mónaco haya sido adquirido por un rico magnate del petróleo ruso.

Valdés también se sorprendió ante la decisión del Barça. No esperaba que lo tasasen por tanto dinero. Ante semejante despropósito, el arquero decidió tomar cartas en el asunto y acordó con el Mónaco la estrategia de la espera. Es decir, anunciar que su intención es quedarse, pero dejar una puerta abierta a un posible pacto por si, a lo largo del verano, el Barça recapacitaba y prefería reducir sus pretensiones.

Si finalmente el club culé accedía, Valdés saldría este verano del Barça. De no ser así, el arquero daba su palabra al Mónaco de fichar por ellos un año después, siempre y cuando percibiese una prima similar a la de la cantidad estuvieran dispuestos a pagar por él en 2013.

Es decir, que Valdés llegaría libre en 2014 al Mónaco por una cantidad menor que la que se pagaría ahora, cifra que, en todo caso, se embolsaría el propio jugador, y no el Barça.

Tomada esta decisión, el jugador salió a la palestra para hablar y dar una versión a medias de lo sucedido. El portero confirmó que se quedaba en Barcelona, pero lo hizo con muchos mensajes de doble sentido que no terminaban de despejar la incógnita sobre su continuidad firme en la Ciudad Condal.

Sus compañeros, en realidad, sabían de las intenciones del portero. De hecho, Valdés dio días antes una cena de despedida y en la comparecencia estuvieron Puyol, Iniesta, Xavi y Piqué, todos ellos convencidos de que el arquero diría que se marchaba.

Así pues, el caso Valdés sigue sobre la mesa. El Barça todavía puede aceptar la oferta del Mónaco y vender al jugador y, así, lograr algún rédito económico por él.

En caso contrario, cierto es que se asegura un año más de un gran portero, pero nadie en el Camp Nou sabe si Valdés rendirá al 100% y si la grada le dará el mismo aliento que le ha venido tributando estas últimas jornadas. Ante este panorama, hay voces que en la Ciudad Condal insisten en su salida inmediata. Voces que chocan con la opinión del cuerpo técnico y la dirección deportiva.

Ellos confían en que dará el rendimiento deseado. Además, un año más de plazo para encontrar a su sucesor es, hoy por hoy, y viendo el mercado, una ventaja considerable que los Tito Vilanova y Zubizarreta no piensan desaprovechar.

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