
La próxima salida de José Mourinho del Real Madrid ha desatado las hostilidades. Ya nadie se esconde. Las afinidades se han roto. El vestuario está en un estado preocupante y al madridismo le inquieta el legado de esta convulsa etapa.
La actitud del técnico con Iker Casillas ha sido el detonante. Su desprecio por el portero y capitán, relegándole a un rol completamente secundario ha sido decisivo. Los jugadores no lo entienden, y eso ha provocado tensiones entre ellos.
Las palabras de Pepe sacaron los problemas a la luz. Su reprobación a su propio técnico fue una sorpresa para todo el entorno blanco. Hasta la fecha, el central portugués había sido uno de los más afines a Mourinho. Ahora, ni él está de su parte dentro del vestuario.
"Las declaraciones no fueron las más adecuadas. Iker es una institución en el Real Madrid", aseguró el defensor, con unas palabras que no sentaron nada bien a su entrenador.
De hecho, instantes después, Aitor Karanka salió a defender a 'Mou', asegurando que no ha habido falta de respeto hacia Iker. El segundo entrenador, siempre fiel a Mourinho, es consciente de que probablemente continúe su carrera allá donde vaya 'The Special One', y no puede separarse de su lado en este momento crítico.
Quedan cuatro partidos (más la final de Copa) para acabar la temporada y el ambiente no es nada propicio. En todo caso, lograr el título del torneo del K.O. debe ser el objetivo grupal para este último mes de competición.
En todo caso, las comparecencias en público de los integrantes del vestuario prometen seguir desprendiendo chispas, y nadie se atreve ya a descartar un auténtico incendio en la 'casa blanca'.