
Víctor Valdés insiste. Una y otra vez. Por más que le preguntan, su respuesta siempre es la misma. No tiene pensado dar marcha atrás en su decisión de abandonar el FC Barcelona. Lo firme de su decisión empieza a hacer desistir al club. Parece imposible hacerle desistir de sus deseos. Así pues, y ante esta inmovilidad, qué hacer. Dos son las corriente dentro de la entidad. Una, la de que sea vendido este verano. Otra, la de que agote su contrato. Líneas de opinión que ya han provocado los primeros roces entre el cuerpo técnico blaugrana y los directivos culés.
Y es que el palco lo tiene claro: hay que vender ya. Su planteamiento se basa en una única, pero potente razón. El club quiere recaudar algo de dinero por su venta. Y es que, si el adiós del arquero se retrasa hasta 2014, la entidad blaugrana no verá ni un sólo céntimo por su marcha.
Teniendo en cuenta que Víctor tiene el cartel de ser uno de los mejores guardametas del planeta, parece difícil no poder sacar una jugosa tajada por él. Jugosa dentro de lo que cabe y teniendo en cuenta que cualquier club que lo quiera, sólo necesita esperar un año más para sacarlo más barato. Sea como fuere, los 10-15 millones de euros parecen garantizados.
Sin embargo, en el otro lado, el del cuerpo técnico, apelan por la otra alternativa. Que Valdés se quede hasta el final. Cierto es que eso supondría un cierto perjuicio económico para el Barça, pero los Tito Vilanova, Jordi Roura y compañía lo tienen claro.
Si Víctor sale, será peor el remedio que la enfermedad. Dicho de otro modo: ven a Valdés como el mejor portero de Europa por delante incluso de Casillas (ahora más que nunca). Gozar de un privilegio así, aunque sólo sea por una temporada más, no tiene precio. Cualquier otra alternativa sería siempre más cara.
Cara en el sentido deportivo y en el sentido económico. ¿Qué portero puede ponerse a la altura de Valdés? Pocos. Y todos ellos, tienen un coste elevadísimo. Hablamos de jugadores como Lloris (Tottenham), De Gea (Manchester United) o Neuer (Bayern Múnich), hombres que tienen un precio disparado para tratarse de un portero.
Mientras, las alternativas económicas (y arriesgadas) tienen buena pinta, pero nadie garantiza que rindan como Víctor. Alves (Valencia), Caballero (Málaga) o Andrés Fernández (Osasuna) son buenos porteros, pero nadie garantiza que al llegar a la Ciudad Condal puedan suplir el rendimiento actual del canterano.
De ahí los roces entre dos alternativas que, con todo, dependen también del jugador. Si Víctor quiere, puede escoger entre cualquiera de las dos. Será él quién, en definitiva, tenga la última palabra de una decisión que preocupa (y mucho) en el virtual campeón de Liga.