
Ever Banega va camino de convertirse en uno de los jugadores con más altercados al volante del fútbol europeo, con permiso de Karim Benzema. Esta semana, el mediocampista argentino del Valencia ha sido cazado por la Guardia Civil conduciendo mientras hablaba por el móvil. Es el cuarto incidente vial que protagoniza desde que aterrizó en el club de Mestalla.
Y en esta ocasión, según informa el diario Levante, como en los casos anteriores, lo más llamativo de la infracción no es tanto la infracción en sí misma, sino el cómo se ha producido.
Banega fue 'pillado' con su smartphone en una mano y el volante en la otra apenas había salido de la Ciudad Deportiva de Paterna, en un punto de controles habituales de la Benemérita. Los agentes pillaron sin ninguna dificultad la infracción y pararon al jugador al instante. Ever no tomó ni una sola precaución para que los agentes no vieran su gesto. Al ser multado, el futbolista, pagó al instante con la consecuente reducción en la sanción por pronto pago y la posterior pérdida de puntos.
Un historial complicado
Lo ocurrido estos días no, con todo, la acción más grave de un jugador, cuanto menos, poco cuidadoso en su manejo del volante. Hace un par de temporadas, el jugador quemó su Ferrari de lujo por causas desconocidas poco antes de entrar en la ciudad deportiva del equipo ché.
Unos meses antes había sido cazado con una tasa elevada de alcohol en sangre e incluso había protagonizado una de las lesiones más absurdas de la historia del fútbol, cuando, al repostar gasolina, olvidó poner el freno de mano de su lujoso deportivo y éste le rompió la pierna al pillársela entre el parachoques y un bordillo de la estación de servicio en la que se encontraba.