
Las diferencias y roces entre José Mourinho e Iker Casillas (y entre 'mourinhistas' y 'casillistas') tiene llamativos efectos colaterales. El debate que ambas corrientes protagonizan lo absorbe todo. Lo eclipsa todo. Tapa incluso aquellas situaciones paralelas a la del arquero que, sin embargo, no suscitan ni las mismas críticas, ni el mismo acaloramiento que provoca las disputas entre técnico y capitán. Los casos de Pepe y Arbeloa son claros ejemplos de ello.
Ambos han pasado de ser titulares indiscutibles a suplentes habituales. Ambos vieron el partido frente al Galatasaray desde el banquillo del Santiago Bernabéu. Sin embargo, al contrario de lo que sucede con Iker Casillas, apenas nadie (ni dentro, ni fuera del club) usó ningún tipo de argumento extradeportivo para justificar su ausencia, como sí ocurre en el caso del también capitán de 'La Roja'.
Con Casillas un buen sector del madridismo y del periodismo español (también de los más cercanos al portero) asume que si no juega ni va convocado es, en realidad, por los distintos pulsos que el jugador ha tendido al técnico a lo largo de esta campaña. Es, por resumir, una venganza tras tanto desplante a Mourinho.
Y cierto es que la decisión del portugués podría esconder algo de ello. Porque Mourinho no ha mimado a Casillas durante y después de la lesión como si lo ha hecho con Diego López, al que ha dedicado piropos que hace tiempo que Iker no escucha de su jefe.
"¿Iker ha parado? Pues claro. Si no hubiera parado, jugaría Antonio [Adán]", dijo hace tiempo el luso. Nada que ver con el "Diego López ha hecho unas paradas fantásticas, fantásticas. Está en muy buena forma y será complicado que alguien le quite el puesto", que lanzó la semana pasada.
Sin embargo, y siendo esto más o menos evidente, Casillas viene de una lesión complicada que necesita tiempo de recuperación no sólo para poder entrenar, sino para poder jugar. "No es tan sencillo. Necesitas tiempo para adaptarte. El cuerpo tiene que reaccionar", comentó Bodo Illgner ayer en la Cadena Cope. Un portero alejado de la polémica que da la razón a Mourinho. No todo son afrentas en las decisiones de 'The Special One'. También hay motivos técnicos.
Motivos que buena parte de la opinión pública madridista más afín a Iker rechaza en el caso de Casillas, pero que acepta sin rechistar en el caso de Pepe y Arbeloa. Ambos son dos futbolistas de la confianza de Mourinho y, por lo tanto, se ve con buenos ojos que salgan del once.
En el caso de Arbeloa, las críticas vienen de lejos y tiene que ver no sólo con su tendencia a favor del portugués o sus posibles errores en el Real Madrid, sino por las lagunas que ha tenido con la Selección Española y que le han convertido en el centro del debate de España.
Essien fue titular contra el Galatasaray en su puesto y apenas se escucharon voces críticas en este sector de los merengues.
Algo parecido viene sucediendo con Pepe. El portugués ya no juega porque Varane le ha quitado el puesto, algo también entendido como lógico en las filas de estos sectores del madridismo que, por el contrario, no entendieron la suplencia de Ramos a manos del galo en el primer partido de la temporada en Champions contra el Manchester City.
En aquella ocasión volvieron a salir los argumentos de las tensiones internas para justificar una decisión que tuvo eco jornadas después y que provocó un buen terremoto en el seno de la afición merengue. El mismo que ahora contagia a Casillas, pero del que parecen librarse Arbeloa y Pepe. Cosas de pertenecer a uno y otro bando.