
Cristiano Ronaldo es una suerte de asunto 'Guadiana' en el Real Madrid. Tan pronto parece solucionado, al cabo de un tiempo, emerge con fuerza. En las últimas semanas su renovación por los blancos se daba por hecha. Sin embargo, en las últimas semanas, sus gestos de indiferencia y duda han vuelto a levantar temores sobre una posible marcha del delantero portugués.
El futbolista llamó la atención de propios y extraños cuando, este sábado, en La Romareda, no celebró el tanto que marcó al cuadro maño. Hacía mucho que CR7 no celebraba un gol.
Cierto es que frente al Manchester United, tanto en la ida del Bernabéu como en la vuelta de Old Trafford, no festejó el tanto, pero aquello fueron circunstancias diferentes. Formaba parte de un cortejo respetuoso hacia el que fuera su equipo durante un buen puñado de temporadas.
Sin embargo, hay que remontarse más lejos, hasta septiembre de 2012, para recordar cuando Cristiano no quiso festejar un gol. Fue contra el Granada, el día de su famosa "tristeza", esa que desveló apenas 24 horas después de reunirse con Florentino Pérez y anunciarle que no se sentía cómodo, que se quería ir del Real Madrid.
Aunque lo de Zaragoza podría apuntar más a un malestar del ariete con la desgana de algunos de sus compañeros, lo cierto es que en Madrid hay miedo por una posible señal de que, como ocurrió en aquel duelo frente a los andaluces, algo no vaya bien en sus deseos por seguir en el Real Madrid.
Hace ya dos semanas, antes de que se marchara a jugar con Portugal, Cristiano no quiso responder en la gala del diario Marca si era feliz o no. Fue el inicio de los nuevos temores merengues. Temores que se mezclan con alguno de sus gestos.
El ariete no retornó tras su sanción con Portugal de cara al último partido de los lusos. Pese a que el jugador arrastraba molestias físicas, decidió quedarse en la concentración para apoyar al combinado nacional de cara a un partido clave, frente a Azerbaiyán.
La situación actual
Pese a estos temores, el proceso de continuidad del delantero del Real Madrid sigue, por ahora, los plazos fijados por la casa blanca. A Cristiano le quedan todavía dos años y medio de contrato, esto es, lo que resta de temporada y un par de campañas más.
Así pues, y como suele ser norma en el conjunto blanco, las conversaciones formales para que el portugués amplíe su contrato comenzarán durante las próximas semanas. Los merenegues tienen por costumbre no empezar las negociaciones en toda regla hasta que la temporada no está casi decidida. Así ha sucedido en las últimas renovaciones y así sucederá con el portugués.
Sin embargo, que se respete esta pauta no significa que el club no haya iniciado ya los movimientos para que esa negociaciones vayan por la vía rápida y no se enquiste cualquier posible pacto. Los contactos con su agente, Jorge Mendes, ya han comenzado.
En estos contactos verbales parece haber acuerdo en lo que se refiere a los dos principales aspectos para su continuidad: salario (15 millones netos por temporada) y duración del contrato (hasta 2017, esto es, dos años más de lo que dura el actual acuerdo).
Será el resto de aspectos y detalles (derechos de imagen, cláusulas y demás) los que terminan definiendo la celeridad o no de un posible pacto.
Sea como fuere, en Chamartín están más que satisfechos con la actitud que está mostrando Cristiano Ronaldo en los últimos partidos, en los que se está viendo a un delantero más implicado con el bloque, más maduro y, sobre todo, más alejado de anteriores versiones 'egoístas' que lo hacían enredarse en polémicas frecuentes.
El portugués es lo más cercano a un capitán del equipo blanco. Así ha ejercido durante la lesión de Casillas. Además, el jugador cuenta cada vez más con el apoyo de los pesos pesados del vestuario, especialmente de un Sergio Ramos con el que ha cuajado una amistad cada vez más sólida.