
Tito Vilanova ya está en Barcelona. El entrenador ha aterrizado a eso de las 8:30 en el aeropuerto del Prat. Lo ha hecho acompañado de Jordi Roura y no se descarta que esta tarde entrene al escaso número de jugadores que quedan libres, sin compromisos internacionales. El preparador blaugrana llega con fuerzas y ganas para afrontar los retos que tiene por delante. Cinco son los que más le preocupan en el corto plazo y uno el que le obsesiona a más tiempo vista. Vilanova aún no sabe si podrá seguir o no la próxima temporada en el club culé.
El motivo que se esconde ante estas dudas, obvio, tienen que ver con motivos de salud. Y es que la recuperación de su enfermedad ha demostrado que es de todo, menos sencilla.
El otoño pasado, cuando todo parecía solventado, el tumor que sufrió doce meses atrás en la glándula parótida se le reprodujo. Ningún galeno descarta que un episodio similar pudiera repetirse.
De ahí que el control al que están sometiendo los médicos a Tito sea, hoy por hoy, más que estricto. Algunos de estos doctores le han aconsejado algo más de pausa en su trabajar constante -aunque distante- con el Barça. Le pidieron más reposo.
Pero Vilanova, comprometido al máximo con el club y sus jugadores, no quería mantenerse alejado de sus responsabilidades. Ni quería, ni sabía. Porque durante el tiempo que ha permanecido en Nueva York ha usado estas tareas como una forma de mantenerse alejado de las preocupaciones lógicas que genera una enfermedad así.
En el club, mientras tanto, le han margen de maniobra y la distancia suficiente como para que decida hacer lo que quiera. Tanto en el día a día, como en el futuro. En el primer punto, el preparador tiene libertad absoluta para ponerse a las órdenes del equipo cuando él y sólo él lo estime oportuno.
En el segundo aspecto, el de saber qué sucederá el curso que viene, Zubizarreta lo dejó bien claro hace poco tiempo. "Tito será el entrenador del año que viene", dijo, dejando claro, que la decisión última es del entrenador y sólo de él.
"A finales de mes esperábamos que estuviese aquí, entra dentro de la previsión. Cuando vuelva Tito la agenda la marca él. Si el primer día quiere estar mañana, tarde y noche, pues bien. Él manda", comentó en un claro gesto de que Tito es, para este grupo, algo más que un técnico. Una referencia personal por la que los jugadores han tratado de mantener el ritmo en estos dos meses de ausencia y en la que confían a pies juntillas.
La decisión final, así pues, está en sus manos. En sus manos y en sus fuerzas. Si la salud y su estado de ánimo se lo permite, Tito continuará en el Barça. Que se así se convertiría, otra vez más, en la mejor noticia para un equipo que vería en su continuidad, la mayor victoria de la presente temporada.