Iker Casillas se ha convertido en protagonista involuntario de la Selección Española. Vicente del Bosque ha admitido que no lo llamó para entrenarse con el grupo antes de jugar contra Finlandia y Francia para evitar un problema con el Real Madrid. Todavía no tenía el alta médica, aunque el técnico sabía que la recibiría el mismo día que empezaba al concentración.
Sin embargo, y tras el tropiezo del viernes, 'La Roja' ha decidido llamar al madrileño para que acuda a París. El arquero no podrá jugar, pero hará piña con el resto del grupo.
Una situación, la de su presencia inesperada, que no ha propiciado el propio Del Bosque. Xavi Hernández fue el encargado de llamar, casi de emergencia, a su amigo para que se uniera a un bloque que lo echa de menos en el día a día del vestuario.
Con este paso, el capitán de la vigente campeona del mundo vuelve a comprobar como la Selección se ha convertido en una suerte de 'balneario' de relax donde alejarse de las tensiones que le rodean, día a día, en el Real Madrid. No es novedad.
Con el arranque del curso, Iker empezó a sentir como ciertos sectores del madridismo usaron algunos fallos en partidos concretos para cargar contra él por las relaciones que mantenía con José Mourinho.
Esas presiones se diluían cuando acudía a entrenarse con la 'Roja'. Su gesto cambiaba. Ahí, lejos de sentirse observado, era admirado por sus compañeros y una afición que, en el resto de España, no duda de su valía. Casillas era (y es) en España más feliz que en el Real Madrid.
Vicente del Bosque resumió la semana pasada este sentimiento al afirmar que, juegue o no en el Real Madrid, su portero estará en la Copa Confederaciones de Sudáfrica.
"Nos ha dado mucho y también en su club. Nosotros le tenemos en alta estima", dijo como justificación de un paso, el de llamarle sí o sí para la Confederaciones, que parece sustentado en una cuestión de posición, algo que en el Real Madrid no le vale. "En este equipo no se juega por status", comentó hace poco Karanka al ser cuestionado sobre la posible presencia de su capitán en la portería tras su recuperación.
Algo, su titularidad, que no está para nada garantizado en el corto espacio de tiempo. Ya para el próximo domingo, frente al Zaragoza, Iker podrá jugar si así lo cree oportuno José Mourinho. Todos los indicadores apuntan a que Diego López será siendo el que salga de partida. Casillas tendrá que seguir peleando el puesto.
Él lo sabe. Y sabe que su situación volverá a generar discusión y debate en el seno de su equipo y afición. De ahí que haya aceptado sin problemas la llamada de su amigo Xavi. En el Real Madrid no le han puesto inconveniente alguno para que acuda. Será el último remanso de 'tranquilidad' antes de que, en apenas unos días, comience otra batalla: la de intentar recuperar la portería del equipo del que ha sido arquero de manera ininterrumpida durante casi trece años.
Más feliz con España