El Barça sufrió este martes una humillación que hasta hace poco tiempo parecía vetada para cualquier equipo y más para un Real Madrid al que le había cogido la medida en los últimos clásicos. Cosas de los cambios de ciclo, ahora son los blancos los que manejan el sistema para desmantelar el fútbol culé y hacerlo, además, con efectividad notable.
La victoria del Real Madrid tuvo una base colectiva. El bloque merengue fue mejor que el blaugrana. Sin embargo, el hundimiento del Barça también se explica jugador a jugador, hombre a hombre. Estas son las actuaciones individuales que terminaron provocando una de las derrotas más dolorosas de las últimas décadas en el Camp Nou.
Pinto - Aprobado
El arquero suplente del FC Barcelona es de los pocos que se libra de la quema. Su actuación, sin ser notable, no tuvo especiales lunares. Se le critica que pudo haber hecho algo más en el segundo gol de Cristiano Ronaldo, pero también es cierto que sacó un par de buenas manos, especialmente en la primera parte y ante el propio CR7.
Alves - Lento y sin mordiente
Alves volvió a ser Alves. O al menos el Alves de los últimos partidos. Apagado, y sin capacidad física, aguantó el reto físico que le propuso Cristiano Ronaldo y Di María en apenas un puñado de minutos. Mediada la primera parte, se fue apagando y sus intentos de buscar el arco rival se convirtieron, por enésima vez, en huecos a la espalda de la zaga blaugrana. Para colmo, tuvo un par de entradas duras sobre Cristiano Ronaldo que dibujaron su desesperación. No vio la amarilla durante todo el partido. La manera cómo Di María lo tiró al suelo en la jugada del 0-2 evidenció sus problemas.
Puyol - Lento, torpe y desbordado
El capitán del Barça no fue el que solía en este tipo de partidos. Y eso que llegaba descansado después de no haber jugado contra el Sevilla. Si frente al Milan lo puso todo, frente al Real Madrid su ímpetu fue más un problema que una ventaja. Higuaín lo volvió loco cuando bajaba a recibir al mediocampo y él lo perseguía, lo que permitía que Cristiano atacara al espacio dejado por el 'Pipa'. Así se sintió desbordado una y otra vez un Piqué que acabó provocando el penalti que puso por delante a los blancos.
Piqué - Marcado por el penalti
El central no estuvo rápido y provocó el penalti a Cristiano Ronaldo. Penalti claro. Penalti que hundió al Barça. Parte de su mala actuación fue cosa de sus compañeros. Ni Alba, ni Puyol, ni Alves supieron combinarse para frenar las embestidas rivales. Dicho ésto, él tampoco supo encontrar la fórmula para que la delantera blanca no lo desbordara. Mientras que el Real Madrid se lanzaba en tromba a buscar la portería de Pinto con pases en profundidad, él trataba de defender en estático. Falló.
Jordi Alba - Goleador impotente
Marcó el gol de la honra culé. Fue su mejor acierto en un partido en el que debía defender más. Pero no lo consiguió porque, como sucedió con Alves, se preocupó más de buscar el área rival, que en mirar a la suya, lo que, de nuevo, creaba espacios a su espalda. Espacios peligrosos que el móvil CR7 también atacó.
Busquets - Ni con Xavi al lado
El mediocentro catalán estuvo especialmente arropado por Xavi Hernández. Roura trató de colocarlo al lado del de Tarrasa para que la salida de balón fuera más fluida. Jugaron casi como un doble pivote que, sin embargo, naufragó ante la presión rival. Él, agotado como el resto del bloque, tampoco fue el habitual 'cortacésped' capaz de llevarse todo lo que llegaba a sus inmediaciones. El Barça echó mucho de menos su capacidad para robar el esférico.
Xavi - Perdido en las protestas
Resultó curioso que Xavi, uno de los hombres que más 'seny' suelen demostrar con el Barça, fuera ayer uno de los que más protestara a Undiano Mallenco. Quizá demasiado influenciado por las palabras de su técnico o quizá por voluntad propia, el internacional clamaba con virulencia contra todas las acciones que pitaba (o dejaba de pitar) el colegiado. En lo futbolístico, estuvo también lento y sin jugadores que buscaran la bola al hueco, sus pases lucieron menos que en otras ocasiones.
Cesc - Vuelta a su versión gris
La llegada de Tito Vilanova al banquillo del Barça parecía haber devuelto a Cesc a su versión más brillante. Convertido a interior, empezó a ser un creador de fútbol con llegada. Una versión nueva de Xavi. Así fue como marcó en el Bernabéu en el duelo de ida. Sin embargo, ayer, volvió a perderse en medio de la presión blanca. Incapaz de robar ningún esférico, su posesión también fue ineficaz. Jugó por momentos de falso nueve, pero los pulmones le fallaron.
Iniesta - El mejor culé
Llevamos varios partidos en los que el de Fuentealbilla es el que más brilla del Barça. Y lo hace no tanto por excelencia física, sino por inteligencia. Ayer, sabedor de la maraña blanca en la medular, se movió con libertad por todo el frente de ataque culé y lo hizo pidiendo la bola al espacio y no al pie. Eso favoreció que fuera el receptor de los pocos pases brillantes que tuvo el Barça durante la partido. Pese a ello, él sólo no pudo salvar a los culés.
Pedro - Carreras y poco más
Pedro, al contrario que la mayoría de sus compañeros, mostró una capacidad física que, sin embargo, no le sirvió de mucho. Quizá pudo haber sido uno de los protagonistas si Undiano Mallenco hubiera pitado el posible penalti que le hizo Xabi Alonso. Sin embargo, y aunque la falta existió, el canario se empezó a tirar antes de que llegara el contacto del tolosarra, algo que pudo despistar a colegiado.
Messi - Un jugador 'cristianizado'
El argentino vuelve a sumar otro partido clave en el que desaparece. En los últimos choques importantes del Barça, se ha borrado. Para colmo, su juego empieza a parecerse al que solía usar Cristiano Ronaldo, egoísta y más preocupado de buscar su acción individual que del resto del bloque. Así, sucedió lo que era de esperar: acumuló otro Clásico sin marcar y el portugués ya le supera como hombre básico en este tipo de partidos.
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Di María tumba a Puyol