El futbolista del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, protagonizó este sábado lo mejor y lo peor del duelo de su equipo en Riazor ante el colista de la Liga BBVA, el Deportivo de La Coruña.
Tras permanecer en el banquillo durante el primer tiempo, Cristiano salió al campo en el minuto 11 de la segunda mitad, en sustitución de Marcelo. Para entonces, el equipo blanco perdía por 1-0 y veía difícil la remontada.
No obstante, con Cristiano en el campo todo cambió. Desde su llegada, el equipo recobró la alegría y la capacidad ofensiva y comenzó a asediar la meta de Aranzubia.
La remontada acabaría llegando con tantos de Kaká e Higuaín en los últimos 20 minutos. El último, el anotado por el argentino, precisamente fue a pase del propio Cristiano, gran artífice de la acción.
Cuando el esférico besó las redes deportivistas, el luso se dirigió a la grada, que le había estado increpando durante la media hora que estuvo sobre el césped, e hizo un gesto que acapararía todos los flashes.
El '7' se llevó el dedo índice a los labios, frunció el ceño y mandó callar a toda la grada, en un gesto que dolió especialmente a una hinchada que ve como su equipo se hunde en el último puesto de la clasificación de la Liga BBVA.
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Remontada 'in extremis'