
El Clásico de este miércoles, ida de las semifinales de la Copa del Rey, dejó muchos titulares. Fue un gran partido donde hubo de todo. Fútbol de quilates, gestos deportivos, algunos reprochables e incluso el tradicional pique arbitral. Pero los acontecimientos relevantes de este partido no sólo sucedieron sobre el terreno de juego. También fuera de él. Más concretamente en el banquillo del Barça. La suplencia de Villa fue relevante y confirma una realidad: 'El Guaje' está sentenciado.
Lo está porque hoy por hoy no es ni tan siquiera el jugador número doce del Barça. Tampoco el trece o el catorce. Está mucho más por debajo de esa posición y eso, claro, le molesta. Le molesta porque los que están por delante de él no están haciéndolo mejor que él. ayer, en el Bernabéu, Pedro no hizo un buen partido.
Tuvo un buen puñado de pérdidas en la primera mitad que provocaron contragolpes del Real Madrid. Para colmo, ya en la segunda parte, el canario falló la ocasión del partido.
Sólo, delante de Diego López, mandó la pelota a un costado de la portería. Demasiado desviado. Demasiado perdón. Villa, en el banquillo, miraba la jugada y se desesperaba. Quizá pensaba que él sí que la habría metido. Si algo tiene el asturiano es gol. Con él en el césped quizá aquella ocasión hubiera entrado dentro.
Pedro desperdició esta oportunidad justo cuando el partido estaba roto. El Real Madrid adelantó algo sus líneas y, fruto del cansancio, dejó huecos que no supo cubrir porque su defensa (salvo Varane) andaba lenta y descolocada.
Alexis está por delante
Era, por lo tanto, el partido ideal para un especialista en aniquilar porterías. Sin embargo, y para sorpresa de Villa y de muchos culés, el encargado para cometer tal cometido fue Alexis.
El chileno, muy desdibujado a lo largo de la temporada, tampoco atraviesa un buen momento de forma. Ya en los cuartos de final, frente al Málaga, y en el Camp Nou, se marchó silbado por la afición. Pese a todo ello, pese a que en los pocos partidos en los que Villa ha jugado, ha marcado, el internacional español no jugó. Es la gota que colma el vaso de un caso que va para largo.
El entorno de Villa filtra que el jugador no está contento. De hecho, ya a principios de mes le pidió a Tito Vilanova salir del Barça. Se lo pidió porque quiere estar en la Copa Confederaciones, paso previo al Mundial de Brasil, otra cita en la que ansía estar. Para ello, necesita minutos y en el Barça, no los tiene.
Pese a ello, el técnico culé le convenció de que se quedase. Tendría minutos hasta final de temporada. Sin embargo, aquella promesa empieza a ser ya papel mojado. Cierto es que el futbolista ha estado lesionado, pero no menos cierto es que en los momentos importantes (como el de ayer) no cuenta.
Y mientras, la entidad que dirige Sandro Rosell rechaza ofertas por él. Lo confirmó Wenger, entrenador del Arsenal después de que un agente mandado por los gunners no triunfara en las negociaciones con los culés. Puso en la mesa una cifra cercana a los 15 millones de euros, pero el Barça dijo no. Así pues, y salvo sorpresa, Villa se quedará en el Camp Nou.
Quedan sólo unas horas para que se cierre el mercado invernal y todo apunta a que no será vendido. Una situación que, de no cambiar su rol en el equipo, parece abocarlo a cinco meses de ostracismo. Cinco meses de larga espera hasta tratar de negociar su salida en el próximo verano cuando, esta vez sí, parece obvio que el club tratará de hacer caja con su salida.