
La lesión de Iker Casillas se ha convertido en algo más que un problema para el Real Madrid. Por un lado, están las consecuencias deportivas más directas: el arquero se perderá cerca de dos meses de competición. La ausencia, más que notable, afecta al equipo en el momento más delicado de la temporada, con las semifinales de la Liga y los octavos de la Champions a la vista.
La segunda consecuencia importante tiene reflejo en el plano deportivo, pero salta al ámbito extradeportivo, más concretamente al de los fichajes. Los merengues ya peinan el mercado para encontrar un arquero que pueda suplir durante dos meses a Casillas. Hacerlo, sin embargo, no será fácil.
Entre las preferencias que maneja el Real Madrid se manejan una serie requisitos básicos. El momento en el que se ha producido la lesión y lo escaso de opciones de un mercado limitado hace que en el equipo blanco se manejen tres porteros que, para colmo, deben tener un denominador común: poder jugar en la Liga de Campeones.
Dicho esto, estos son los tres prototipos de portero que buscan los blancos.
1.- Joven y de proyección
En este grupo se encuadran arqueros como Andrés (Osasuna) o Moyá (Getafe). Estaríamos hablando de porteros jóvenes, con proyección de futuro y capacidad suficiente como para soportar durante un periodo corto de tiempo la presión que supone ponerse bajo los palos en el Santiago Bernabéu.
Con ello, se adelantaría un plan previsto para el Real Madrid en el próximo verano. Los merengues quieren fichar a un guardameta que pueda suponer una competencia firme para Iker Casillas. Una suerte de Dudek, pero que, al contrario que el polaco, pueda ocupar en un tiempo no muy lejano la portería merengue ante una posible salida de Casillas.
El problema de estos arqueros es que en algunos casos son ellos mismos los que no están dispuestos a llegar en estas circunstancias al Real Madrid. No es igual comenzar en situación de competencia con Casillas que tener que asumir semejante responsabilidad con lo que conlleva en su lado negativo. Esto es: si se falla, punto y final a la aventura.
Además, existe el riesgo de estar demasiado tiempo a la sombra de Casillas. Teniendo en cuenta que muchos de estos candidatos también serán pretendidos por el Barça tras el adiós de Valdés (y en este caso sí que gozarían de minutos), la decisión es más complicada.
2.- Maduros, seguros, exprés y caros
El segundo modelo de guardameta busca una solución de plenas garantías. Estaríamos hablando de porteros de reconocido prestigio, no demasiado jóvenes, ni demasiado veteranos, cuyo fichaje cumpla una única misión: cubrir el hueco de Iker durante estos dos meses y, más tarde, decir adiós al Real Madrid.
Bajo esta fórmula, claro está, se estaría hablando de una cesión. Cesión cara, por otra parte. Los equipos de origen de estos guardametas no los dejarían libres a menos que el Real Madrid asumiera su ficha y pagara una suma nutrida por ellos.
En este paradigma se mueven porteros como Stekelemburg (Roma) o Lloris (Tottenham), porteros que estarían dispuestos a jugar en el Real Madrid sólo durante dos meses ya que, después de recuperado Casillas, su único puesto posible sería el banquillo.
El problema que tienen estas incorporaciones es la reticencias de los conjuntos de origen y elevado precio para la escasa certeza que se tiene de que, efectivamente, la inversión merecería la pena.
3.- Veterano, pero sobradamente preparado
Es el modelo que, a priori, parece más factible, aunque también el más inestable y complicado de fichar. Estaríamos hablando de porteros de elevada edad que ofrezcan garantías de poder cumplir con la responsabilidad por poco tiempo para, después, salir de nuevo del Real Madrid.
Al tratarse de porteros veteranos, su coste baja mucho con respecto al caso anterior, pero también baja la seguridad de que puedan cumplir con el rol asignado. Además, no son tantos los guardametas que encajan en este perfil.
Uno de ellos, el que parece mejor colocado, es Julio Cesar, del Queens Park Rangers londinense. El veterano brasileño es viejo conocido de Mourinho (lo entrenó en el Inter) y podría jugar la Champions con la garantía de haber soportado eliminatorias de tensión.
El problema es que su rendimiento es una incógnita, por mucho que en la Premier esté brillando. No es lo mismo jugar en un modesto como el QPR, que en el Real Madrid, y en las circunstancias actuales.