
"Un pequeño calvario", así define el doctor Ramon Cugat el último año vivido por David Villa desde que se lesionara la tibia el pasado mes de diciembre en el Mundial de Clubes disputado en Japón. "Podría haber perdido la pierna", ha llegado a afirmar el prestigioso traumatólogo y cirujano catalán.
"Cuando hay esos cambios de presión a ocho, diez, doce mil metros de altura, se acusa mucho. Se pueden tener lesiones muy importantes, hasta perder incluso una extremidad", explicaba ayer en declaraciones a La Sexta.
Cugat, que atendió el caso de Villa y ha sido uno de los grandes artífices de su cauta pero exitosa recuperación, destaca, sin embargo, cuál ha sido, a su juicio, la principal clave para que todo el proceso tuviera un final feliz. "Aquí ha habido un artíficie, un cerebro rector que se llama Tito Vilanova, que le ha ido dosificando desde un punto de vista muy científico. Ha sido muy inteligente".
Pese a la presión existente para adelantar los plazos de la vuelta de 'El Guaje' -primero para disputar la Eurocopa de Polonia y Ucrania y después para comenzar con el Barça la actual temporada-, Tito ha preferido esperar y no arriesgar con David Villa; y la espera ha dado sus frutos: el de Tuilla ha ido lento pero seguro hasta volver al rendimiento de antes de la lesión: suma ya cinco goles en ocho partidos, de los que en sólo cuatro ha sido titular, situándose como el segundo goleador del conjunto blaugrana.