
Poco después de que Lance Armstrong fuera despojado de sus siete títulos del Tour de Francia y sancionado de por vida esta semana, la guerra de palabras entre la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Antidopaje de EEUU (USADA) cobró intensidad.
Aunque la denuncia de que Armstrong era un tramposo que se dopaba quedó sellada cuando la UCI ratificó las sanciones de la USADA contra el estadounidense, los dos organismos se han enzarzado rápidamente en un cruce de acusaciones y críticas entre sí.
El presidente de la UCI, Pat McQuaid, reconoció que el ciclismo estaba en crisis en una rueda de prensa el lunes, pero desde entonces puso en duda las pruebas y los métodos de la USADA, mientras allanaba el camino para una posible apelación por parte de Armstrong.
En un documento colgado en la web de la UCI y firmado por McQuaid, se afirmaba que el informe de la USADA incluía "lenguaje animado y exagerado" además de "afirmaciones incompletas e incorrectas".
"Hubiera sido mejor que la evidencia recogida por la USADA hubiera sido valorada por un organismo neutral o una persona que no estuviera implicada en la recopilación de evidencias y juzgar al acusado", dijo el documento.
"Hubiera evitado tanto las críticas de una caza de brujas contra el sr Armstrong y las críticas de que la UCI tenía un conflicto de interés".
El consejero delegado de la USADA, Travis Tygart, que el lunes pidió una investigación completa e independiente del ciclismo profesional, ha sumado desde entonces más culpas a la UCI.
"La verdad es que Lance Armstrong, bajo su supervisión, perpetró el mayor robo que el deporte haya conocido", dijo Tygart en un correo electrónico al diario Guardian.
"En vez de intentar explicar o justificar su incompetencia, la UCI debería reconocer su responsabilidad y fallos y hallar modos de hacerlo bien".
En respuesta a la sugerencia de la UCI de que la USADA debería haber entregado el caso a un organismo independiente que iniciara el proceso disciplinario, Tygart dijo: "Establecimos nuestra posición sobre por qué ellos tenían un conflicto de intereses en este caso por muchos motivos".
"Aceptaron dinero de él (Armstrong), nos acusaron de una caza de brujas (sin ver pruebas), demandaron al principal informante, desalentaron a testigos de participar".
"Simplemente están tratando de desviar la atención de sus propios fracasos en toda esta triste saga, y los que aman el ciclismo y un deporte limpio no deberían permitir que esto sucediera".
Armstrong, de 41 años, había decidido previamente no refutar las acusaciones de la USADA, lo que desencadenó que el organismo propusiera su castigo pendiente de la aprobación de la UCI.
Ex compañeros de Armstrong en el US Postal y el Discovery Channel, donde ganó sus siete títulos consecutivos del Tour entre 1999 y 2005, testificaron contra sí mismos y en su contra y las autoridades estadounidenses los condenaron a sentencias reducidas.
Las críticas generalizadas a la UCI
McQuaid, que ha sido muy criticado por la gestión de la UCI del caso Armstrong, fue censurado por el presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), John Fahey.
"Mirando atrás, claramente el dopaje fue generalizado", dijo Fahey a Fox Sports.
"Si ese dopaje era generalizado, entonces la pregunta está legítimamente formulada: '¿quién lo paraba? ¿Quién trabajaba en contra? ¿Por qué no se paró?'.
Fahey dijo que la UCI tenía que "quitarse las vendas de los ojos" y preguntarse una serie de preguntas pertinentes.
"Echando la vista atrás, examinando a la gente que hay ahí, preguntarse: '¿son las mismas personas en el deporte y pueden actuar con los que quedan?'
"No creo que haya credibilidad si no lo hacen. Tienen que devolver la confianza al deporte de forma que sus millones de aficionados en todo el mundo lo vean y lo apoyen y pueda salir adelante", agregó Fahey.
Tyler Hamilton, cuyo testimonio ayudó a hacer caer a Armstrong, también criticó a McQuaid, diciendo que el irlandés "no tenía un lugar" en el ciclismo.
McQuaid llamó el lunes "canallas" a Hamilton y Floyd Landis, que también testificaron contra Armstrong.
"Las deceleraciones de Pat McQuaid exponen la hipocresía de su liderazgo y demuestran por qué es incapaz de cualquier cambio significativo", escribió Hamilton en un comunicado el martes.
"En vez de aprovechar la oportunidad de inspirar esperanza para la próxima generación de ciclistas, continúa apuntando con el dedo, cambiando a quién acusa y atacando a quienes hablan, unas tácticas que ya no son efectivas. Pat McQuaid no tiene espacio en el ciclismo".
Hamilton y Landis fueron dos de los 11 ex compañeros de Armstrong que testificaron en su contra.
El estadounidense, considerado uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos que dominó el ciclismo tras superar un cáncer, siempre ha negado haberse dopado y afirma que nunca dio positivo en un control antidopaje.