
Si una diferencia se está haciendo patente entre este Barcelona de Tito Vilanova y el de su predecesor, Pep Guardiola, es la solvencia defensiva. De un once estructurado y seguro se ha pasado a otro capaz de recibir cuatro goles en un partido como sucedió ante el Deportivo de La Coruña. Y esto no es casualidad.
La seguridad del conjunto azulgrana se ha tambaleado, cayendo durante lo que va de esta temporada hasta niveles que no se recordaban en Can Barça. Repasamos las principales claves de este hecho.
- Mala planificación de plantilla
Tener únicamente a Piqué y Puyol de centrales no ayuda. Subir a dos canteranos (Bartra y Fontás), únicamente como un guiño de cara a la galería no aporta. La escasez de centrales ha sido el gran mal del equipo durante estos meses. No hay opciones para Tito Vilanova.
En los laterales, la cosa está un poco más sólida. En la derecha, Alves y Montoya pueden turnarse sin gran inconveniente. Y lo mismo en la izquierda con Jordi Alba y Adriano. El problema llega cuando uno de ellos se ve obligado a realizar otras tareas. Y ahí se desconfigura todo.
- Lesiones y otras bajas
Puyol y Piqué llevan casi todo lo que va la temporada lesionados. El primero ha alcanzado un punto en su carrera en el que su estado físico y su edad no le permiten aguantar todo lo que le gustaría (y más, con las exhibiciones de garra que suele protagonizar, también con coste físico) y el segundo está haciendo de la irregularidad cada vez más una seña de identidad.
Por su parte, Fontás ha sido cedido al Mallorca, en una decisión difícil de comprender ante la mencionada escasez de efectivos en dicha línea.
- Mal acople de los nuevos: el caso de Alex Song
El camerunés ha llegado este verano del Arsenal para jugar como mediocentro. No obstante, las circunstancias están obligando a que se desempeñe de central en muchos encuentros. Se trata de un puesto prácticamente nuevo para él y en el que ha hecho gala de una falta de preparación.
Song no encaja. No es un error garrafal tenerle, pero chirría. Le cuesta ser efectivo en algunos despejes y no se coloca todo lo bien que debería hacerlo un central del Barça y su acople con los compañeros es discreto. Mascherano y Piqué ya lo han comprobado. El rendimiento es mejorable.
Algo similar ocurre cuando el elegido es Adriano. Tampoco es central puro, y eso pasa factura a los azulgrana. A los aficionados les queda la duda de si no sería mejor contar con alguno de la cantera. Tito no parece dispuesto a comprobarlo.
- El ostracismo de los canteranos: ¿por qué no juega Bartra?
Fontás se ha marchado cedido al Mallorca en busca de minutos. Es toda una declaración de intenciones por parte de Tito Vilanova. No cuenta. Mejor que se foguee.
Peor aún es la situación de Marc Muniesa, que ya fue borrado totalmente de las convocatorias del primer equipo tras una precoz irrupción aún durante la etapa Guardiola, y al que una lesión de gravedad ha frenado aún más su progresión. A su vuelta, todo apunta a que se desempeñará únicamente con el filial, en la Liga Adelante.
- La medular no ayuda en tareas defensivas
Busquets, Mascherano y Song se ven obligados a compatibilizar funciones. Un día de centrales, otro de mediocampistas. No es lo idoneo. Los dos primeros siguen mostrándose solventes, en su línea de temporadas anteriores. Pero se nota que no tienen tan claro cuál es su misión.
Vilanova deberá hacer un gran trabajo, especialmente en el factor psicológico, si quiere que los mediocentros y los centrales se coordinen de forma perfecta para volver a formar el esquema de retaguardia que tan buenos resultados dio al equipo en temporadas anteriores.