
"Ni le toco. Pero es algo habitual. Son unos teatreros". Las palabras Pepe tras el clásico todavía resuenan en Barcelona. La acusación del central del Real Madrid no ha sentado nada bien en Barcelona y ha llamado la atención en la capital de España. El Clásico se distinguió por una deportividad y trato exquisito que el portugués dinamitó con sus declaraciones. Y tras ellas, una sospecha creciente en el seno del conjunto blanco. La influencia de Mourinho fue clave para que el portugués rompiese el tono de normalidad que rodeó al partido.
Es el pensamiento que reina entre algunos miembros del equipo blanco, especialmente los españoles. De hecho, el asunto se ha convertido en uno de los chascarrillos de la expedición de 'La Roja' a Bielorrusia, si bien ninguno de los protagonistas de ambos bandos ha querido darle demasiada importancia. Todo ha quedado en una anécdota de pasillo de aeropuerto. Nada más.
Sea como fuere, todos apuntan a la misma dirección: Pepe no actuó solo o, mejor dicho, sus pensamientos no fueron originales. Vinieron alentados por las quejas del técnico blanco en el vestuario del Camp Nou.
Fuentes consultadas por EcoDiario.es afirman que 'The Special One' se mostró ante los suyos contrariado por lo sucedido y recurrió a sus habituales quejas sobre los jugadores del FC Barcelona recordando episodios de su etapa en el Chelsea o Inter de Milan, cuando se midió al Barça en Champions.
Lo hizo, eso sí, sin el tono encrespado de Clásicos anteriores. Aquello fue más un puro comentario que una queja en toda regla o una orden a los suyos sobre qué decir o dejar de decir.
El ambiente movido del vestuario blanco no invita a forzar más la maquinaria ante un hecho así, más si cabe teniendo en cuenta que la acción, además, acabó en agua de borrajas. No hubo penalti y no se pitó penalti.
Elevar la voz no tendría sentido, apuntó el preparador quien, sin embargo, en sala de prensa, sí que lanzó alguna indirecta al respecto. "Somos un club señor y no hablamos de los árbitros", dijo tras aclarar que el penalti a Özil era, efectivamente, penalti.
Sin embargo, Pepe no conocía las palabras de su técnico ante los medios cuando habló en la zona mixta y entonces, influenciado por lo que sí había escuchado en el vestuario, se dejó llevar, algo que no hicieron, por ejemplo, jugadores como Marcelo o Sergio Ramos. Ambos dejaron entrever dudas sobre el colegiado del partido, pero no cargaron contra Iniesta o la supuesta exageración del futbolista albaceteño.