Fútbol

La directiva del Real Madrid se harta de Sergio Ramos y del juego de Mourinho

Florentino Pérez saluda a Ramos en presencia de Mourinho este verano | EFE

La directiva del Real Madrid empieza a hartarse de los juegos en estas semanas ha convulsionado al vestuario del Real Madrid. Desde la tristeza de Cristiano Ronaldo hasta la suplencia de Sergio Ramos pasando por los rifi-rafes públicos entre el defensa y José Mourinho.

El último episodio de esta 'saga' ha terminado por colmar la paciencia de la zona noble del Bernabéu. Habrá ultimatum para acabar con una guerra fría y civil que está mermando la imagen de los blancos en este complicado arranque de temporada.

Último episodio que, por cierto, ha sorprendido mucho a los directivos. Algunos de ellos hablan de "chiquillada" y "rabieta" de Sergio Ramos. Le reprochan tintes egoístas en su gesto de portar la camiseta de Özil y entienden que ha convertido su disputa con Mourinho en un tema personal en el que implica a todo el grupo.

Fuentes cercanas al Real Madrid consultadas por EcoDiario.es afirman que algunos de estos directivos no se mojan sobre quién lleva razón en este culebrón que arrancó con la suplencia del andaluz ante el City.

Sin embargo, la mayoría entiende que el gesto de Ramos es gratuito. Dicho de otra forma: se lo podría haber ahorrado para no desestabilizar más al Real Madrid, más si cabe teniendo en cuenta que la jornada contra el Deportivo fue la más plácida del año con el mejor fútbol que ha visto el Bernabéu en toda la temporada.

Algunos, incluso, comparan el gesto de Ramos con la declaración de Cristiano Ronaldo cuando desafió a Mourinho  en el gol al Barça en la Supercopa por su bronca previa o cuando afirmó, al final del partido ante el Granada, estaba "triste", lo que provocó todo tipo de informaciones sobre su situación en el Real Madrid. En aquella ocasión la ausencia de partidos de los blancos hizo de caja de resonancia de aquellas palabras.

Hoy el revuelo seguirá, pero en el horizonte emerge el duelo de Champions ante el Ajax de mañana y el Clásico del domingo ante el Barça, algo que encrespa más los ánimos en las oficinas merengues. Muchos de sus integrantes temen que todo este revuelo no haga más que acercar al eterno rival a la victoria, lo que sería un duro golpe para las aspiraciones ligueras del Real Madrid.

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