Fútbol

Pepe celebró con Mourinho su gol como respuesta al desafío de Sergio Ramos

Pepe se abraza a Mourinho al celebrar el gol ante el Deportivo | EFE

Pepe y Sergio Ramos comparten en el Real Madrid algo más que su posición. Los centrales blancos con, por cosas de la casualidad, compañeros de taquilla. Sus dorsales (el 3 y el 4) les colocan uno al lado del otro en el vestuario merengue. Por eso ambos se conocen bien. Por eso el portugués fue el primero en enterarse del gesto con el que el español revolucionó al equipo.

Pepe fue el primero en saber que Ramos se pondría la camiseta de Özil debajo de la suya para, en caso de marcar en la 2ª parte contra el Deportivo, dedicárselo al germano y, de paso, lanzar un recado a su entrenador, José Mourinho.

El motivo: su disconformidad con el por qué y las formas usadas para sustituir al mediapunta. 'The Special One' abroncó durante los primeros 90 minutos a Özil y reprochó, en privado, su actitud durante el partido.

Ramos lo defendió en la caseta y ahí surgió el enésimo roce entre ambos. Los gritos entre uno y otro poblaron las tripas del Santiago Bernabéu. Fue entonces cuando Mourinho se marchó al césped antes de tiempo y Ramos tomó su decisión sobre la dichosa camiseta reinvindicativa.

Pepe, como compañero de taquilla, lo vio apenas a unos centímetros de su posición. No le gustó. Tampoco a algunos compañeros que le reprocharon el gesto al defensa. Pero Ramos siguió a lo suyo, algo que molestó al portugués.

El tiro por la culata

Sin embargo, todo salió al revés de lo que tenía previsto hacer Ramos. Las casualidades del fútbol quisieron que fuera Pepe y no su habitual compañero en el centro de la zaga el que marcara. Su reacción no se dejó esperar. Primero, se llevó el pulgar a la boca para recordar a su niña recién nacida. Luego, emprendió una carrera de 40 metros para abrazarse a un gris y amargado Mourinho que no salió en toda la segunda parte. Su enfado por lo ocurrido en el vestuario continuaba.

Pepe se acercó a él, lo abrazó y, cuando ya se marchaba, vio como el entrenador se acercaba a él y le decía algo al oído. Confidencia susurrada de la que nada ha trascendido, al contrario que una celebración en que Pepe justificó así: "Se lo he dedicado a él porque siempre me apoya y me protege a mí y a todos nuestros compañeros", insistió. Era otro mensaje para Ramos y un gesto que, según la visión del luso, va contra el grupo.

Precedentes de la distancia

No es la primera vez que el jugador se desmarca del resto de sus compañeros. Ya en el trofeo Santiago Bernabéu se le pudo ver junto a Cristiano Ronaldo en el palco privado que posee Jorge Mendes en el estadio blanco. El resto de futbolistas del Real Madrid lo contempló en el que el club pone a su disposición todos los partidos.

Se trata de una nueva muestra de los clanes que dividen a la plantilla. No es que Pepe sea militante del grupo portugués. Su carácter afable y distendido le hace llevarse bien con todo el grupo, si bien sus ideas se acercan más a las de Mourinho o CR7 que las de Sergio Ramos o Iker Casillas, los líderes del otro gran bloque, el de los españoles.

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