Fútbol

Xavi deja al descubierto las evidencias del Barça: preocupa la falta de recambio

Xavi celebra con Cesc su gol al Granada | EFE

El FC Barcelona sufrió el pasado sábado para poder ganar al Granada en un encuentro que cambió cuando Xavi Hernández saltó al terreno de juego. Su ausencia en el once fue una cuestión de prudencia que acabó convirtiéndose en un lastre imposible de asumir por sus sustitutos.

La importancia del jugador empieza a tener signos de algo más que dependencia del internacional. Tanto, que los dos partidos en los que los culés más han sufrido en lo que llevamos de temporada han sido aquellos en los que su capitán no jugó de inicio. Partidos que cambiaron precisamente cuando él saltó al terreno de juego.

Hablamos de los choques contra Osasuna y el del sábado frente al Granada. En el primero, los culés iban perdiendo hasta que Xavi saltó al césped del Reyno de Navarra. El Barça empezó a triangular con más velocidad y, sobre todo, dejó de perder la pelota. Es su forma de defender. Así se siente menos vulnerable.

Ante el Granada sucedió algo parecido. Suya fue la pausa para evitar los ataques de ansiedad con los que el Barça trató de abrir la lata en los minutos previos. Sin embargo, sus pases y paciencia dieron a los culé la profundidad necesaria. Para colmo, abrió la lata con una bolea digna de crack.

No es una casualidad. Es una relación de causa efecto y el descubrimiento de un problema: Tito Vilanova no sabe como rotar a Xavi sin que el equipo lo note. La lógica dice que Cesc tendría que ser su sustituto.

Responsabilidad para Cesc y Thiago

Sin embargo, el de Arenys siguen sin coger el rol exacto de su compañero de equipo. Más mediapunta, que interior, más hombre libre que timón culé, Fábregas se ha perdido en todas las ocasiones en las que ha intentado organizar al equipo.

Algo parecido le ha pasado a Thiago Alcántara. Su rol sí que se asemeja al de Xavi, pero el alma ofensiva del hispano-brasileño le anima a buscar la portería rival más que a organizar a su equipo, lo que provoca acelerones que el Barça no digiere bien.

De hecho, de los dos partidos de Liga en los que ha jugado, sólo en el que le acompañaba Xavi ha brillado al ritmo que se espera de él. Fue en el Coliseum Alfonso Pérez y su presencia junto al 8 culé y a Busquets dio como resultado el mejor partido del Barça en toda la temporada.

Una prueba más de que buena parte del rendimiento culé dependerá de lo que pueda lograr el dueño de su tridente en la medular. Sin embargo, sus problemas físicos y su edad obligará a Vilanova a seguir buscando recambios. En el Camp Nou se sabe que no puede jugar todos los días, de ahí que encontrar su sustituto sea algo más que una necesidad.

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