Leo Messi y Cristiano Ronaldo forman parte de un clásico que traspasa las fronteras del propio Clásico. Su rivalidad personal en los últimos años ha llegado a cotas extremas. Cada duelo es una batalla. Cada éxito del rival, un fracaso propio. Buena prueba de estas tensiones quedaron demostradas en la vuelta de la Supercopa cuando ambos jugadores saludaron a todos los jugadores contrarios menos a uno: al eterno enemigo.
Dicho de otro modo: Messi y Cristiano evitaron saludarse cuando el partido concluyó. El gesto, cazado por las cámaras de TVE, muestra como Ambos dan la mano de cuantos madridistas o culés se encuentran por el camino hasta que, cara a cara, se encuentran. La situación se produce con el colegiado delante.
Entonces Messi, el primero en saludar a Mateo Lahoz, pasa por la espalda de Cristiano mientras éste no hace nada por saludar al argentino antes que al trencilla. Una vez sacudida la mano con el encargado de impartir justicia, CR7 no se da la vuelta en la búsqueda del 10 culé, sino que sigue adelante para proseguir con esta peculiar liturgia que, ayer, en el Bernabéu, se convirtió en radiografía de un duelo marcado a fuego en el ADN de culés y merengues.