
El acuerdo entre Vilanova y el Barça es cuestión de horas. El ayudante de Pep Guardiola se convertirá oficialmente en técnico culé y lo hará tras una dura negociación en la que el último episodio lo han protagonizado sus colaboradores. Tito les prohibió negociar antes de que él firmara su contrato definitivo.
Según informan varios medios catalanes, la entidad culé quiso adelantarse a los deseos de su futuro entrenador. Para ello, comenzó a 'tocar' a varios de los hombres que Vilanova había puesto sobre la mesa para conformar el grupo de colaboradores que terminará configurando su cuerpo técnico. El objetivo culé era cerrar acuerdos con todos ellos para, así, forzar que Tito acelerarse su firma como nuevo técnico blaugrana.
Sin embargo, el que será nuevo entrenador del Barça ha sido tajante: nada de negociar hasta que él no sea, oficialmente el dueño del banquillo. Así se lo habría comunicado a todos estos asistentes. Uno a uno, hombre a hombre, Vilanova los llamó para ser tajante: no quería ni un sólo acercamiento hasta que su contrato no estuviera cerrado y bien cerrado.
De esta manera, se evitarían prisas innecesarias y, además, permitiría que, ya como técnico del Barça, pudiera forzar mejores condiciones que las que ellos mismos pudieran pactar previamente.
La técnica Guardiola
Esta técnica no es nueva. Guardiola ya negoció así su renovación cuando, en 2010, firmó su primera continuidad al frente del equipo. El preparador cerró el documento sólo tras saber que las condiciones de los suyos se mejorarían. Una vez sellado el acuerdo, el propio Pep se implicó personalmente en la mejora de las condiciones del resto de sus colaborares.
De ahí nació el sueldo que hasta ahora tenía Tito Vilanova. Fue el de Santpedor el que pidió que su amigo dejase de recibir cerca un millón de euros para aumentar hasta tres su salario. Más tarde, aquella cifra quedó fijada en los cinco 'kilos' que percibía hasta esta misma campaña.