
La Federación Española de Fútbol (RFEF) comienza a encontrarse con los primeros problemas para llevar a cabo su propuesta de jugar la Supercopa de España en China en cinco de las próximas siete ediciones. Real Madrid y FC Barcelona se muestran contrarios a un acuerdo que apenas les reportaría beneficios económicos.
El acuerdo suscrito entre una empresa asiática y la entidad que dirige Ángel María Villar necesita todavía la aprobación de su asamblea general y de los clubes, paso éste que se dará a través de la Liga de Fútbol Profesional (LFP).
En ambos escalones los dos grandes de nuestro fútbol plantearán sus quejas que se resumen, básicamente, en un punto: quieren más dinero del que ahora mismo les ofrece la RFEF.
Máximo, 8 millones por partido
La Federación recibirá un máximo de ocho millones de euros y un mínimo de cinco por cada uno de estos partidos que se jugará el estadio olímpico del Nido de Pekín.
La cifra máxima sólo se cobrará si son culés y blancos los rivales de la Supercopa. En caso de que sólo uno de ellos comparezca, la cifra bajará a seis millones y medio. Si ninguno lograra clasificarse, la RFEF percibiría sólo cinco millones, siempre y cuando la empresa contratante decidiera albergar el duelo. Cabe recordar que tiene margen para evitar dos ediciones de las próximas siete.
Todas estas cifras no cuadran con los números de Real Madrid y Barça. Así, por ejemplo, cada uno espera recaudar en taquilla este verano más que el máximo previsto por este acuerdo. Los culés estiman sumar entre seis y siete millones de euros por la venta de entradas. Los blancos calculan que serán un mínimo de seis, ampliable a siete si la demanda previa aumentase para el partido de vuelta.
A estos recursos hay que sumar los indirectos en formato de ventas de merchandising en sus tiendas oficiales el día del partido o lo que se deriva de los beneficios que obtengan los locales que se encuentran dentro del Camp Nou y el Bernabéu respectivamente.
Dicho de otra forma: lo que ofrecerá la RFEF como beneficio por esta medida será menor que lo que puedan generar por sí mismos Real Madrid y Barça en caso de que el torneo se juege en España.
A todos estos inconvenientes habría que unir los problemas derivados del kilométrico viaje que supondría la disputa del torneo. Doce horas de ida y doce de vuelta no parecen el mejor método para preparar el inicio de temporada. Sergio Ramos y Xavi ya expresaron sus dudas sobre el cansancio que podría generar tener que comenzar el año con un viaje transcontinental como éste.
La clave: la televisión
La RFEF sabe que no será cosa sencilla convencer a ambos clubes. La clave para conseguirlo podría ser el contrato de televisión. Según confirmó en la Cadena Cope Jorge Pérez, secretario general de la Federación, éste es uno de los puntos abiertos del acuerdo.
En caso de conseguir que un teleoperador aceptase un elevado contrato, la entidad podría derivar parte de esos beneficios a los equipos participantes, lo que haría más atractivo el viaje desde el punto de vista económico.
Además, la RFEF podría proponer a los clubes que pasen las semanas previas a la disputa del torneo jugando amistosos por tierras asiáticas, algo que aumentaría los recursos propios de Real Madrid y Barça y serviría de aclimatación al viaje y las condiciones en las que se disputaría el partido.