El Real Madrid ya mira a la próxima temporada. El equipo blanco prepara sus movimientos futuros con la mente puesta en las llegadas (se buscan cuatro refuerzos como mínimo) y las salidas. Resuelto el caso Higuaín (Mourinho parece haberlo convencido), la baja de Kaká resulta, por ahora, la más delicada. El jugador podría haber llegado a un acuerdo con el PSG francés. Ya sólo quedaría esperar al contacto entre el equipo del Parque de los Príncipes y la entidad merengue para comenzar las negociaciones de un traspaso que se antoja arduo y complicado.
El precio de su venta es, en este proceso, el elemento más complicado, la clave de bóveda de la que podría ser operación del verano en todo el fútbol europeo. En el Bernabéu echan cuentas. ¿Cuánto deberían pedir por él? La respuesta es clara: lo máximo para amortizar la inversión desembolsada en el brasileño.
Kaká le ha costado al Real Madrid cerca de 115 millones de euros en apenas tres temporadas. Una cifra que nace del precio de su fichaje (65 millones de euros) y del salario percibido durante estos tres años (65 millones a razón de 15 millones brutos por campaña -su sueldo neto es de 12 millones-).
Teniendo en cuenta estas sumas y los precios que se mueven en el mercado, en Chamartín se estima que Kaká cuesta, hoy por hoy, entre 30 y 35 millones de euros, es decir, el 25-30% de la inversión global realizada por él.
A ello hay que añadir que, desde que aterrizó en Chamartín, Kaká ha jugado 89 partidos oficiales de los 161 que ha disputado el Real Madrid, esto es, el 55% de los choques que el jugador podría haber jugado. En ellos hecho un total de 24 tantos.
En resumen: Cada partido de Kaká le ha costado a los blancos 1,29 millones de euros. Cada gol, 4,7 millones. En este apartado, sus números contrastan y mucho con otras estrellas actuales del Real Madrid.
Cristiano Ronaldo le ha costado a los blancos 165 millones de euros entre traspaso y salario, pero su rendimiento supera, con mucho, el de su compañero. Cada partido que disputa CR7 le cuesta 1,1 millones de euros y cada gol, 1,13 millones.
En el caso de Benzema, las cifras son parecidas. El francés costó al Real Madrid unos 62 millones. Cada uno de sus encuentros sale a 475.000 euros y cada gol, a 930.000 euros.
Amortización sobre el papel
En caso de que el PSG pagara finalmente esta cantidad (35 millones) por el brasileño, el Real Madrid minimizaría las pérdidas en el entorno del 20-30% de lo abonado por el mediapunta. Este concepto sale de la suma ponderada de este traspaso, los minutos jugados y lo percibido por derechos de imagen que ha cedido el jugador a la entidad.
Números y más números en los que, sin embargo, no interviene intangible siempre presente en el fútbol y, a fin de cuentas, verdadero baremo para establecer el éxito o no de un fichaje: el rendimiento sobre el terreno de juego.
Kaká pasa por convertirse en uno de los peores fichajes de Florentino Pérez desde que aterrizó en el Real Madrid allá por 2000.
El peor de todos los galácticos
El presidente blanco ha visto como su equipo ha tenido momentos de rendimiento realmente bajo, pero en estos periodos, el nivel dado por sus estrellas, los llamados 'galácticos' siempre ha sido más o menos óptimo.
Figo (60 millones), Zidane (72 millones), Ronaldo (42 millones) o Beckham (24 millones) protagonizaron también malas rachas que, sin embargo, no fueron tendencia. Todos ellos jugaron tuvieron, cuanto menos, una temporada de gloria. Kaká no.
En su primera campaña con los blancos, los problemas de pubalgia le mermaron. El jugador se perdió buena parte de la temporada para poder estar en Sudáfrica con Brasil. Allí tampoco jugó bien. Para colmo, su físico dijo basta. Tuvo que operarse, lo que lastró su siguiente temporada, la primera con Mourinho al frente.
Kaká disputó algún buen partido, pero nunca encadenó más de dos choques al nivel que se le presupone a un crack como él, Cristiano Ronaldo o Benzema (los emblemas del nuevo Real Madrid de Florentino Pérez).
Ya en la presente campaña, con la pretemporada realizada al completo y sin ningún torneo de naciones de por medio para condicionarla, el jugador prometió mejorar. Lo hizo sólo en el tramo inicial. Su actuación frente al Ajax en la fase de grupo de la Champions fue lo más brillante que ha hecho en la 2011-2012. Desde entonces, intermitencias con más sombras que luces.
Por eso, tras la mala imagen dada en el Calderón, su fiasco ante el Bayern de Múnich y el bajón de Granada, el Real Madrid le ha abierto las puertas definitivamente con la única condición de poder recuperar parte de lo invertido en él. Números y cifras que, por muy alta que termine de ser su venta, no taparán el fiasco de una estrella que se apagó en el Bernabéu.
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