El público del Santiago Bernabéu volvió a dividirse este domingo en torno a la figura de su entrenador, el portugués José Mourinho. En algunos compases del partido, mientras un sector del estadio profería cánticos de apoyo a su entrenador, otro lo silbaba como ya ha ocurrido en partidos anteriores. El divorcio del luso con parte de su hinchada sigue todavía vivo.
Tal y como se aprecia en el vídeo que se adjunta a esta información, todo comienza cuando el grupo radical 'Ultra Sur' comenzó a proferir sus habitual "José Mourinho, José Mourinho", grito que suele repetir en todos los partidos del conjunto blanco y que en el último tercio de temporada se ha convertido en elemento de división entre una buena parte del Santiago Bernabéu.
El primer conato de enfrentamiento entre el técnico y el público del coliseo merengue nació en noviembre de 2011, cuando el luso alabó a los Ultra Sur por su apoyo y lanzó mensajes contra el resto de la afición. "Si no es por los pocos que están detrás de la portería, pensaría que el campo está vacío", comentó después del 7-1 matinal que su equipo endosó al Osasuna.
La división post Clásico
Sin embargo, el principal enfrentamiento llegó tras el partido que los blancos perdieron en Copa del Rey frente al Barcelona.
Aquel 1-2 dolió en Chamartín por la actitud defensiva mostrada durante el encuentro. Las encuestas que se realizaron a los aficionados después del partido señalaban al preparador como uno de los culpables de lo acaecido esa noche. Preguntado al respecto en sala de prensa, Mourinho no se mordió la lengua: "Yo entiendo siempre al madridismo, pero no le escucho, ni antes ni después", afirmó.
Estas palabras no sentaron bien entre buena parte de la afición, como tampoco sentó bien el castigo que el luso aplicó a Sergio Ramos por sus críticas en zona mixta. "A veces no acierta con los cambios", comentó el de Camas sobre su técnico. Al día siguiente se produjo el famoso enfrentamiento revelado por el diario Marca en el que ambos, jugador y preparador, se enzarzaron en una dura discusión con Casillas como aliado del defensa andaluz.
En el siguiente partido de Liga, contra el Athletic de Bilbao Ramos no jugó. El Bernabéu, harto de este cóctel de incidentes, explotó y en su gran mayoría silbó a un Mourinho que apenas salió del banco. El entrenador se defendió en sala de prensa. "No me importa que me silben a mí, pero que dejen en paz a mis jugadores", comentó.
Además, retó a aquellos que se atrevían a ponerle en entredicho: "Zidane ha sido pitado aquí. Ronaldo y Cristiano Ronaldo, Bota de Oro, han sido pitados aquí. ¿Por qué no puedo ser pitado yo? No es un problema para mí. Zidane respondió con su fútbol y los otros, Ronaldo y Cristiano, también. Puede ser que un día yo pueda responder y se queden tristes ellos".
Desde entonces, el divorcio ha continuado con varios guiños de 'The Special One' hacia aquellos que sí le apoyan y contra los que le critican. Tras la goleada al CSKA de Moscú en Champions League, el luso se fue al fondo Sur a aplaudir el ánimo de los Ultras. Más tarde, en Vallecas, Mourinho insistió.
"Me parece que los aficionados tienen que dar un poquito más. Me da pena que jugando en Madrid y siendo líderes, sólo hayan venido 300", comentó en referencia a los Ultra Sur presentes en el estadio. Sergio Ramos protagonizó de nuevo el contraste con su técnico al alabar la actitud de su afición ante el Rayo.
El último episodio de esta historia tiene lugar el pasado miércoles, cuando, ante el Bayern de Múnich, el Bernabéu dio una lección de ánimo y apoyo a su equipo durante los 115 minutos que duró el partido, penalties incluídos. Sin embargo, en sala de prensa, Mourinho no dedicó ni una palabra de ánimo a su estadio y sí dejó entrever, de nuevo, que se siente poco arropado. "Estamos solos", dijo en varias ocasiones durante la posterior comparecencia de prensa.