El partido entre el Real Madrid y Bayern de Múnich que supuso la eliminación de los blancos tuvo, por encima de todo, un gran lunar negro: Ricardo 'Kaká'. El brasileño salió como revulsivo y gozó de un buen puñado de ocasiones para poder desatascar la eliminatoria, pero falló en todas ellas y acabó pitado por el entregado público del Bernabéu.
Los silbidos de la afición fueron noticia en medio de un ambiente extraordinario que, sin embargo, acabó con la paciencia acabada cuando el brasileño falló el segundo penalti de la tanda definitiva.
Su lanzamiento, a un costado, tenía buena dirección, pero no mucha fuerza. Fue el colmo de un choque para olvidar, quizá uno de los peores de la carrera de un futbolista que parece más sentenciado que nunca a una salida inmediata del Real Madrid.
Recientemente, en el choque contra el Atlético de Madrid, Mourinho lo señaló como uno de los responsables de los problemas defensivos que tuvieron los blancos, un gesto que volvió a colocarlo en el mercado para equipo de la Premier, el Calcio y el PSG francés.
Durante tres choques fue 'castigado' sin jugar ni un minuto. Hasta ayer: saltó al campo en el 74', con casi 15 minutos para demostrar que con sus galopadas podría romper el ritmo de un duelo que se había vuelto de monotonía roja. El Bayern dominaba el choque, pero creaba espacios a su espalda que Kaká podía aprovechar. Y lo hizo, eso sí, de forma funesta.
Nada más entrar al terreno se encontró con un balón fácil y medio campo para correr como a él le gusta. Con un sólo rival por delante, tenía una opción fácil de pase para dejar sólo a Cristiano Ronaldo ante Neuer. Lento de movimientos, su pase se enredó entre las piernas de Badstuber. Fue la premonición de lo que estuvo por llegar.
No fue su día. Condujo demasiado la pelota, sus pases no eran claros y cuando lo eran, se dirigían a espacios donde no había futbolistas blancos.
Sus ideas no fluían como debían como demostró un balón fácil con opción de pase de la muerte (ya en la segunda parte de la prórroga) que acabó con una eterna indecisión y la bola para el Bayern. Su pase se quedó en una suave vaselina que Boateng despejó.
Fue ahí cuando el Bernabéu estalló y sus críticas se dispararon contra el brasileño. Críticas breves, pero intensas. Críticas al fin y al cabo contra un jugador al que aclamó todo el estadio el 30 de junio de 2009, cuando fue presentado como un galáctico que ya nadie espera. La era Kaká terminó.
Su sitio en el Real Madrid parece, cada vez, más lejos de ser una realidad. Las puertas de salida están abiertas para él y su enorme inversión: más de millones de euros entre su fichaje (65 millones de euros) y su sueldo (36 millones brutos en tres temporadas)
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Divorcio con Mourinho