Las relaciones entre Pep Guardiola y Gerard Piqué siguen en el centro de la opinión pública culé. El defensa catalán ha pasado -de nuevo- de titular indiscutible, a suplente en las últimas grandes citas del Barça. En el aire permanecen las sombras de unas malas relaciones que ambos (como sucedió ayer) insisten en negar. Al menos así lo hizo el jugador. El entrenador prefirió seguir la senda de un mensaje ambiguo, a medio camino entre el halago y la crítica.
El asunto se convirtió en una de las preguntas más reiteradas en sala de prensa. La intervención de Piqué fue la primera.
El jugador apareció ante los medios y negó la mayor, si bien reconoció que Pep le exige mucho: "Guardiola me da mucha caña, pero me gusta", comentó el central. Su discurso, así pues, apunta al de la típica relación entre un técnico exigente y un jugador que agradece la presión externa.
Sin embargo, la misma pregunta, dirigida al entrenador, tuvo una respuesta distinta que dejó en el ambiente dudas sobre qué quería realmente decir. ¿Trató de defenderlo o lo criticó? ¿Ambas a la vez?
"Si tengo que escoger, Gerard, cuando ha estado disponible, cuando se ha ido recuperando de esas lesiones que ha tenido, también ha estado bien. Y por supuesto que son [argumentos] puramente deportivos [los que lo han sentado en el banquillo]. Gerard tiene una vida muy llena como persona, y es el mismo que, según me cuenta Tito [Vilanova], él entrenó cuando era cadete", empezó a describir.
"Hay jugadores -prosiguió- que sólo tienen el fútbol y él tiene el fútbol y muchísimas cosas más y eso es ser más importante que ser un buen futbolista. Yo no estoy aquí para decirle no hagas esto o lo otro. Son mayorcitos. Si quiere salir o quiere tener la vida que tiene, las inquietudes que tiene que son muchas, que las tenga. Yo lo quiero así, como es él", comentó en sala de prensa (pueden escuchar sus palabras en el audio superior en esta noticia).
La última parte de su discurso es el que más controversia ha levantado. ¿Está Guardiola criticando su vida privada atenuando, para ello, sus palabras con el elogio previo? Sólo Pep lo sabe.
Lo cierto es que no sería ésta la primera vez que el técnico lanza un dardo más o menos velado a su jugador. Ya en 2011 usó la figura de Cuenca para criticarlo.
"No será guapo y no le saldrán muchas novias, pero hace lo que se le pide", dijo al término del duelo frente al Rayo Vallecano en el Camp Nou. Ése día Piqué forzó una tarjeta amarilla que pudo costarle el Clásico del Bernabéu. Lo que más indignó a Pep aquel día fue que el jugador desconocía que el cambio de la norma sancionaba con un encuentro extra a aquel futbolista que buscara la quinta cartulina amarilla.