Las relaciones entre el técnico del Real Madrid, José Mourinho y su capitán, Iker Casillas, no son buenas. Es más, se podrían definir como estrictamente profesionales. Yo te entreno y tú la paras. Nada más. Tensa convivencia de vestuario que ha derivado en una insólita petición: el entrenador ha solicitado al presidente, Florentino Pérez, que se fiche a otro arquero de garantías. En el trasfondo, lanzarle un doble mensaje claro al jugador: nadie me planta cara y no eres imprescindible. Iker, ¿capitan de sí mismo?
Mensaje que, en realidad, toma forma de boomerang para el también capitán de la Selección Española.
Hace dos semanas Casillas, preguntado por la continuidad del portugués, no se mojó en el asunto. Alabó el trabajo de su 'jefe', pero no lo defendió. Lo que sí hizo fue añadir que "nadie es imprescindible en el Real Madrid. Pasaremos jugadores, entrenadores y presidentes y el club seguirá siendo grande", afirmó durante la presentación de su nuevo contrato con una marca deportiva.
El técnico entendió aquellas palabras como un agravio. Como una suerte de gota que colmaba el vaso de una paciencia ya llena de antecedentes.
Los enfrentamientos arrancaron la pasada temporada, se dispararon con la llamada del portero a Xavi y Piqué tras la Supercopa y siguieron con la 'pacificación' de Valdebebas y volvieron a emerger con la filtración de 'Marca'. (de la que acusa directamente a Iker y sus 'amigos' periodistas).
Desde entonces, el fuego sigue encendido. El rifi-rafe por la ley del silencio del Madrigal no ha hecho más que avivarlo. Demasiados pulsos, según el criterio de Mourinho. Había que dar un paso al frente.
Fue así como nació la propuesta: "Quiero otro portero de garantías", comunicó el entrenador a Florentino Pérez. Portero, se entiende, para disputarle el puesto a Iker, no para ser un mero suplente de garantías como lo han sido en las últimas campañas Diego López, Dudek o, recientemente, Antonio Adán.
Filtraciones del entorno
En la directiva del Real Madrid se entendió que la petición de su técnico sería pasajera, una mera estrategia para advertir a la cúpula que no estaba satisfecho con los retos que le lanzaba su capitán.
Sin embargo, Mourinho ha insistido usando como argumento los dos goles recibidos por el Real Madrid ante el Málaga y el Villarreal. Así lo confirma el diario As esta mañana.
No es el primer diario que se hace eco de la petición del portugués. Ya hace unos días 'El Confidencial' se refirió a los primeros contactos entre 'The Special One' y los mandatarios para solicitarle otro arquero.
Los nervios de Iker
Casillas sabe que estas informaciones son verdaderas. Sabe que el entrenador se está moviendo entre bambalinas y que su amplio entorno está filtrando entre la prensa más afín los nombres de los que podrían ser sus sustitutos (Cortois -Atlético de Madrid- y Kiko Casilla -Espanyol- entre otros).
Por eso se le ha visto tenso en los últimos partidos. El pique con Sergio Ramos ante la Real Sociedad (posteriormente resuelto en el vestuario) no es una casualidad. Es una consecuencia a todo lo que está viviendo el portero merengue.
Una situación que no es nueva (Capello insistió en Buffon para suplirle), pero que sí le perturba más que en ocasiones anteriores por cuanto el poder del portugués es mucho mayor que el que acumulaban los otros entrenadores que dudaron de sus capacidades.
Batalla con tintes de divorcio en toda regla que podrían sacudir al madridismo más de lo esperado. Frente a frente, los dos ídolos máximos de los merengues (aparte de Cristiano Ronaldo): el entrenador que ha vuelto a colocarles en lo más alto contra su capitán y máximo exponente de la cantera.
Bronca por la huelga