José Mourinho protagonizó un hecho insólito tras el empate del Real Madrid frente al Villarreal. El técnico decidió no hablar en sala de prensa y prohibió a su segundo, Aitor Karanka, hacer lo mismo como suele suceder en otras ocasiones. Un gesto que tuvo una segunda parte. El técnico impuso la ley del silencio con un mensaje a Florentino Pérez: "¡Qué hable el club!"
Así salió se lo comunicó a los responsables de prensa del Real Madrid nada más acabar el choque contra el 'Submarino Amarillo'. Según la Cadena Cope, además, también prohibió a sus jugadores hablar del choque. Es la segunda ocasión que ocurre algo así con el luso en el banquillo. El otro precedente es el 5-0 del Barça en la temporada pasada. En aquella ocasión, sin embargo, Mourinho sí que dio la cara y compareció ante los medios.
El gesto es insólito puesto que no se recuerda en la historia reciente del club merengue que ningún responsable del equipo no haya dado rueda de prensa. Siempre ha habido algún portavoz oficial sentado delante de los medios. Ayer no.
Con su gesto, Mourinho incide en una tendencia que repitió la temporada pasada, cuando en reiteradas ocasiones pidió no ejercer de acicate público contra los árbitros, sino que fuera el club el que, abiertamente, polemizara con los colegiados y presionara para que actuaciones como la de ayer no se repitan.
La pelota, por lo tanto, está sobre el tejado de Florentino Pérez y del resto de directivos blancos que deberán decidir en los próximos días si emiten algún tipo de comunicado sobre lo visto en el Madrigal o si las protestas se camuflan con noticias críticas sobre Paradas Romero en la web oficial del club.
En todo caso, parece descartado que Florentino intervenga públicamente para hablar del asunto. Tampoco es habitual que otros portavoces blancos como Butragueño o Pardeza carguen contra los colegiados de la manera que desea Mourinho.