Austríacos y suizos, a pesar de su indiferencia de los últimos meses, comienzan tímidamente a apasionarse por la Eurocopa-2008 de fútbol (7-29 junio) cuando este jueves faltan cien días para el inicio de la competición deportiva más importante que hayan organizado estos dos países.
Las últimas cifras han supuesto un bálsamo para los temores de los organizadores. Más de 645.000 austríacos y 765.000 suizos han solicitado en las últimas semanas una de las entradas que sus respectivas Federaciones naconales han puesto a la venta.
La elevada demanda "muestra hasta qué punto los austríacos se alegran con la llegada de la Eurocopa", subrayó el presidente de la Federación de este país (OFB), Friedrich Stickler, subrayando que con el volumen de peticiones realizadas se podría llenar "trece veces" el estadio Ernst-Happel de Viena, donde se disputará la final.
A pesar de estos datos, la aproximación del evento aún deja indiferente a gran parte de la población.
Según los últimos sondeos, realizados en enero, sólo el 54% de los suizos dijeron estar interesados por la Eurocopa-2008, a pesar de las opciones de su selección, que llegó a octavos de final en el Mundial de Alemania-2006, de hacer un buen papel ante sus hinchas.
Un 49% de los helvéticos considera además que la organización supone un gasto inútil de dinero público.
En Austria, el nivel de apoyo es también modesto: entre un 36 y un 55%, según los institutos de opinión, por lo que la prensa ha señalado que el país está "muy lejos de la euforia".
Uno de los motivos de la falta de interés de algunos hinchas por la Eurocopa sería la debilidad de la selección nacional, que ocupa el puesto 84 en la clasificación de la FIFA y que sólo debe su participación a su condición de país anfitrión.
Por ello, un grupo de aficionados reunió recientemente 10.000 firmas en las que se pedía una renuncia voluntaria a la participación de Austria en el torneo, con lo que su plaza quedaría para un combinado considerado un 'peso pesado' del fútbol europeo, como por ejemplo Inglaterra, que no se clasificó.
A pesar de los vaticinios de importantes beneficios económicos para las ciudades que sean sede del torneo, algunos de sus responsables municipales han mostrado sus dudas sobre este punto y han manifestado su preocupación por posibles disturbios y desórdenes públicos ante la afluencia de visitantes.
Para dar un empujón más a la pasión, los organizadores, patrocinadores y autoridades se han volcado en las últimas semanas.
El canciller austríaco, Alfred Gusenbauer, nombró la semana pasada a tres ex jugadores-estrella del equipo nacional, Toni Polster, Hans Krankl y Herbert Prohaska, como "embajadores austríacos de la Eurocopa-2008", que tendrán como misión la representación y difusión del evento.
En el otro país organizador, la Federación de fútbol lanzó recientemente la iniciativa 'Suiza se mueve', con la que se pretende asegurar la "euforia" en esta cuenta atrás antes de que el balón ruede en los estadios.
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