El presidente de los árbitros, el cántabro Victoriano Sánchez Arminio, ha salido a la palestra para defender a los colegiados tras esas declaraciones de Piqué en las que el central azulgrana dijo que su expulsión del sábado fue premeditada.
El máximo responsable del estamento arbitral ha señalado que "estoy enfadado porque se duda del estamento que presido. Y eso me duele bastante. Lo único que pedimos es que se nos respete", señaló.
Sanchez Arminio continuó con su queja: "Aceptamos que nos digan si hemos estado bien o mal, pero de ahí a decir lo de Piqué, no lleva a buen puerto ni es deportivo. Los jugadores deben de respetar a los árbitros. Los árbitros no se meten con los jugadores. Ellos también fallan goles y nadie les dice nada" sentenció el presidente de los árbitros.