Fútbol

La afición y Mourinho sentencian a Carvalho y complican su renovación

Carvalho sigue lejos de su nivel en 2011 y complica su renovación | Archivo

El defensa portugués del Real Madrid Ricardo Carvalho podría tener los días contados en Chamartín. Si su renovación por el conjunto blanco se antojaba ya complicada -el club sólo le ofrecía un año más pero él quería asegurarse al menos dos-, su mala actuación en el partido de ayer ante el Espanyol le ha supuesto la sentencia de la afición del Bernabéu... Y de José Mourinho.

Lento en la cobertura, desubicado en las marcas e impreciso en dos pases a Casillas que se quedaron cortos y que comprometieron seriamente al guardameta del Madrid. Ése fue el balance del central luso en los 45 minutos que disputó en la goleada de los blancos frente al Espanyol, que le valió los silbidos de desaprobación de la grada madridista.

Tan desastrosa fue su actuación que Mourinho -antes del descanso lo había pedido el público en masa- decidió sustituirle por el joven Rafael Varane de cara a la segunda mitad. El técnico del Madrid sentenciaba así a su compatriota, uno de sus grandes protegidos durante su etapa en el Real Madrid, pero antes también en el Oporto y en el Chelsea.

No es la primera vez que 'The Special One' siembre la duda con respecto a Carvalho. El extraño caso de las lesiones que le han tenido apartado durante buena parte del invierno suscitó muchas sospechas acerca de un posible problema interno con el defensa luso, que no ha vuelto a rendir al nivel del año pasado desde el conflicto que mantuvo con el seleccionador de Portugal, Paulo Bento, y que le costó la salida indefinida del equipo nacional.

Este cúmulo de situaciones complica cada vez más la continuidad de Carvalho en el Real Madrid. Aunque el club mantuviera su oferta de renovación por un año, su futuro de blanco no se presenta nada esperanzador, con una notable pérdida de confianza en la afición y en su principal valedor, el propio entrenador. Su objetivo ahora irá encaminado -aún más si cabe- a conseguir un último gran contrato antes de su retirada. El Anzhi ruso de Roberto Carlos es el mejor colocado para hacerse con sus servicios.

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