El técnico del FC Barcelona, Pep Guardiola, lanzó en la noche del domingo un dardo contra el Real Madrid por no querer albergar la final de Copa del Rey "y no querer dignificar la final de la Copa de su majestad del Rey". Palabras que han regateado uno de los capítulos más polémicos de la historia culé: el día que el Barça no se presentó a una seminales contra el Atlético de Madrid alegando supuesta falta de jugadores.
Fue en la temporada 99-00, cuando el Barça, plagado de lesionados, decidió realizar una suerte de 'pantomima' y no saltar al césped del Camp Nou para jugar el partido de vuelta alegando que no disponía de futbolistas. La norma de la competición prohíbe que se convoquen más de un determinado número de jugadores del filial para evitar que la competición pueda ser tirada a la basura por aquellos equipos a los que no le interesa.
Los culés sólo pudieron presentarse al partido con 12 jugadores de campo y un portero reserva. Faltaban tres jugadores más para completar la convocatoria de 16. La decisión (tras agotar otras vías) fue rotunda: no saltar al césped y no disputar el partido. Guardiola, en calidad de capitán, comunicó al colegiado (Díaz Vega) que el partido no se disputaría porque ellos no se presentarían.
El Barça llegaba al Camp Nou con un 3-0 en contra de la ida.
La Federación le dio el partido por perdido tal y como fija la norma (por 3-0) pero no cumplió con todo el reglamento y no expulsó al equipo culé de las siguientes dos ediciones del torneo. A cambio, modificó la norma y concedió una amnistía al cuadro barcelonista.
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El plan B a Pep