
Malos tiempos para la lírica blaugrana. Malos tiempos para un equipo que empieza a afrontar una situación desconocida hasta la fecha: la de no ganarlo todo con la facilidad de tiempos pasados. A siete puntos del Real Madrid en Liga y sobre la cuerda floja en la Copa, las miradas se centran en dos hombres por encima del resto. La mala racha goleadora de Messi y Cesc Fábregas amenaza con hacer del Barça un simple equipo mortal, capaz de caer como cualquier otro equipo, necesitado de sufrimiento para vencer en cualquier campo. Como cualquier otro equipo.
Sufrimiento que se ha hecho palpable en un acontecimiento histórico para la entidad blaugrana desde que Pep Guardiola es su entrenador. Nunca antes habían pasado tres partidos consecutivos sin conseguir la victoria. Los tres empates frente a Real Madrid, Villarreal y Valencia han tenido una característica común: en ninguno de ellos ha marcado ni Messi, ni Cesc. Cuando ambos no mojan, el Barça lo nota.
Es la lógica del peso de sus tantos. Los dos son los máximos goleadores de la entidad culé con 36 goles y 23 goles respectivamente entre todas las competiciones. Es decir, que entre los dos suman 59 goles, los mismos que tiene todo el equipo en Liga. Sin embargo, la mayoría de estos goles han llegado en el primer tramo de la Liga. En 2012 ambos se han estancado con respecto a recitales pasados.
Amén de la sequía ya reseñada, (tres partidos, cero goles para ambos) Messi sólo ha conseguido siete goles en los nueve partidos anteriores (dos dobletes y un hat-trick) y Cesc, cuatro (un doblete y otros dos goles en dos encuentros)
De esos siete partidos, las dos estrellas blaugranas se han quedado sin marcar en cuatro partidos, mientras que en tres de ellos sólo ha anotado uno de los dos jugadores, pero no ambos.
Efecto 'Argentina' en Barcelona
Números, estadísticas y cábalas bajo las que se esconden varios problemas de fondo que explicarían semejantes anomalías en medio de las excelencias culés. En primer lugar, el factor cansancio.
Especialmente acentuado en un Leo Messi que encadena su cuarta temporada consecutiva sin apenas vacaciones. Primero fueron los JJOO de Pekín, más tarde la Copa América de 2009, le siguió el Mundial y cerró ciclo la Copa América de su país el pasado verano. Una maratón que parecía que no iba a pasarle factura...hasta ahora.
Leo, además, hecha de menos la presencia de algunos de sus mejores socios y aliados en el Barça. Xavi, Iniesta, Pedro o Villa se han convertido en bajas habituales o intermitentes en este equipo en el que buena parte de su fútbol lleva la firma de estos cracks.
Podríamos hablar del efecto 'Argentina' de Leo en el Barça. Sin los jugadores que le han hecho grande, Messi baja varios peldaños su rendimiento e incluso falla penaltis como el de este miércoles ante el Valencia.
Cesc y la mutación de su rol
Algo similar sucede con Cesc Fábregas. El medicampista llegó más descansado al Barça, pero también nota las ausencia de sus compañeros de Selección. Además, no debemos llevarnos a engaño, su papel goleador en el conjunto culé es novedoso. No es lo suyo. Al menos no es lo que hacía habitualmente en un Arsenal donde construía más que finalizaba.
La suma de estas dos sequías unidas a los problemas en otras líneas dibujan un panorama complicado para el Barça. Bendito panorama en el que siguen vivos en Copa, Liga y Champions. Sin embargo, el precio de la excelencia culé pasa factura. En el Camp Nou se han acostumbrado a ver a dioses jugar con la pelota. Messi y Cesc, hoy por hoy, son más humanos que divinos. Y por eso el brillo blaugrana parece apagarse.