Los decibelios subieron a 110 cuando Luis Figo, otrora dueño de la banda derecha blaugrana, piso el césped del Camp Nou ese 21 de octubre del año 2000. El portugués, enfundado en la elástica del Real Madrid, regresaba a la que fue su casa y el público cargó contra él durante todo el encuentro. Pero las cosas aún podían ir peor: cuando el extremo luso se disponía a sacar un córner, un aficionado lanzó al terreno de juego una cabeza de cochinillo cuya imagen dio la vuelta al mundo. Medina Cantalejo, árbitro de la contienda, suspendió el choque durante 16 minutos y luego Joan Gaspart no estuvo a la altura. Además, la acción de este incontrolado manchó el nombre del Barça en un encuentro que será recordado más por esta gamberrada ajena al fútbol que por el juego o el resultado.
Pep Guardiola, técnico blaugrana, no quiere que se repitan tan penoso incidente y este mismo martes advirtió a jugadores e hinchada que quiere "ganar a través del juego". El de Santpedor quiere un encuentro deportivo y sabe que, con el 1-2 del partido de ida, sólo necesita confiarse a la clase de sus jugadores.
En la Ciudad Condal, sin embargo, las aguas bajan crecidas tras el incomprensible y violento pisotón en la mano de Pepe a la estrella del equipo local, Lionel Messi.
Como muestra un botón, el eurodiputado de CiU, Ramon Tremosa, y el de ICV, Raül Romeva, se han quejado a la Comisión Europea que el juez de competición no sancione el la acción. En una pregunta parlamentaria, Tremosa y Romeva piden al Ejecutivo comunitario si "cree que estos hechos tan graves vistos por millones de personas y de niños deben quedar impunes". "¿Está satisfecha la CE al saber que nadie del Comité de Competición se ocupará de este caso de violencia en el deporte?", preguntan el convergente y el ecosocialista.
Precisamente, este miércoles el Comité de Competición dictará sentencia sobre la agresión: sólo le queda actuar de oficio o escudarse en que el Barcelona no ha presentado alegaciones al respecto. La polémica estará servida, seguro.
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Lionel Messi
Jugador del FC Barcelona
La señal de Pepe