El Real Madrid ya está en cuartos de final de la Copa del Rey. Dicho de otra forma: habemus Clásico. O Clásicos, mejor dicho. El Barcelona y su goleada en la ida al Osasuna (4-0) garantizan que ambos se verán las caras en la siguiente fase del torneo. Mal asunto para Mourinho. Los duelos ante el eterno rival son su peor pesadilla desde que llegó al Real Madrid.
El balance en esos ocho duelos es de cuatro victorias culés, tres empates y una victoria, la que le dio la Copa del Rey al Real Madrid.
Afortunadamente para 'The Special One' existió ese día. Afortunadamente porque, de no haber alzado aquel título, nadie sabe cuál sería la imagen del luso para el madridismo. Pero Cristiano enchufó con su cabeza impecable aquel centro de Di María y la historia cambió.
Sin embargo, si excluimos aquella victoria, el balance del portugués ante los blaugrana se define con una palabra: impotencia. Echemos cuentas:
- El Barça le ha metido 17 goles al Real Madrid en estos ocho duelos. Messi es el peor verdugo del 'Mou-Team' con seis tantos, la mayoría de ellos (como en la Supercopa de España o en la Champions League) decisivos
- El Real Madrid sólo ha conseguido meterle ocho goles al Barça en esos ocho partidos. La media de un tanto por encuentro se queda lejos de la culé, de 2,125 goles por choque.
- La 'manita' y el adiós de la Champions. El 5-0 del Barça en diciembre de 2010 inauguró esta ronda de partidos y marcó de manera clave, para siempre, el resto de partidos. Las semifinales en la Copa de Europa, la eliminación merengue y, sobre todo, la pobre imagen dada en el Bernabéu supusieron la puntilla definitiva a la temporada madridista en la pasada campaña.
Mil y una fórmulas, mil y un fracasos
Todos estos fríos números sólo reflejan un lado de la realidad. La otra es la que se escribe con la táctica y la pizarra, con nombres y estrategias que, en el caso del Real Madrid, no funcionan cuando de medirse al Barça se trata. A lo largo de estos ocho duelos con Mourinho en el banquillo, el equipo merengue ha probado con todo tipo de fórmulas para atar en corto el fútbol de toque de los de Guardiola. La mayoría de ellas han sido fallidas.
Destaca una por encima del resto: Pepe como mediocentro en el trivote destructivo que creó en el maratón de Clásicos de la pasada temporada. La fórmula fue un fiasco. En Liga Pepe destacó, pero repartió más cera de la habitual. En Copa, el central sí que supo frenar el juego culé sin pasarse en sus patadas, algo que no pudo hacer en Champions. Su expulsión (discutida o no) allanó el camino culé a la final.
Los ataques de entrenador de Mourinho ante el Barça van más allá. También llamó la atención ver a Coentrao de lateral derecho en el choque de Liga del pasado mes de diciembre. Iniesta lo volvió loco. Además, Khedira se quedó en el banquillo y Lass actuó como titular en el centro del campo.
En Champions, el año pasado, el luso sentó a Benzema, no le dio ni un minuto y, para colmo, colocó a Kaká en la vuelta con un resultado poco favorable para los intereses madridistas.
A eso hay que unirle episodios extradeportivos poco edificantes como el dedo en el ojo de Tito Vilanova, su famosa 'rajada' post Champions o la previa, en la que cargó con fuerza contra Guardiola. Todo fue en balde.
Veremos si en cuartos de final de la Copa el patrón cambia, pero de seguir la tendencia, podríamos estar ante un nuevo capítulo de la peor pesadilla de Mourinho como entrenador del Real Madrid. Una pesadilla llamada Clásico y apellidada FC Barcelona.