
Real Madrid y FC Barcelona han relajado en los últimos tiempos su relaciones. ¿Casualidad? Ni mucho menos. Florentino Pérez y Sandro Rosell mantienen desde hace meses una suerte de 'pacto secreto' con el que evitar conflictos. Su amistad personal les llevó a alcanzar este acuerdo a principio de temporada. Intereses comunes (televisión) y el aluvión de críticas recibidas en ambas ciudades terminaron de cimentar un pacto que ha mostrado sus primeras consecuencias en los últimos días.
Sin ir más lejos, ayer mismo se pudo ver a un Sandro Rosell diferente cuando, durante su comparecencia de fin de año fue cuestionado sobre José Mourinho y la declaración de los 'partidillos' en referencia al Mundial de clubes.
"Nos tenemos que preocupar de nuestra gente, de nuestra prensa, de lo nuestro. No le daría importancia a este asunto. Cuando leo estas cosas no les doy importancia. No me molesta", comentó
Lejos de entrar en polémica, el presidente se mostró sereno, conciliador y hasta bromista, algo que llamó en algunos casos la atención entre los sectores más críticos del barcelonismo. Son muchos los culés que le piden mantener una actitud más inflexible con el eterno rival. Por eso no gusta la ironía aplicada al entrenador del Real Madrid. No quieren indulgencias, quieren palabras duras o, cuanto menos, mucho más serias.
No fue así. Rosell eligió el camino más sencillo. El de pasar de puntillas sobre una cuestión que ha molestado (y mucho) en la Ciudad Condal.
Sin tensiones post-Clásico
Algo parecido ocurrió en el sentido inverso, cuando el presidente del FC Barcelona dijo en el palco del Bernabéu que su equipo había "dado un baño" al Real Madrid.
Los directivos merengues salieron del estadio enfadados con esas declaraciones. Algunos pedían una respuesta por la vía tradicional: filtraciones a la prensa para calentar el asunto. Nada de eso sucedió. Tranquilidad y sosiego desde todos los frentes, tanto institucionales, como mediáticos. ¿Casualidad? Tampoco. El presidente blanco, Florentino Pérez, frenó cualquier tipo de presión al eterno enemigo.
No era el primer acto similar que protagonizaba en las últimas 24 horas. Antes ya había pedido retirar la polémica pancarta "Mou, tu dedo nos señala el camino", del estadio merengue. Se lo pidió Rosell y Florentino, encantado, accedió. Son muchos los miembros del Real Madrid que creen que, de haber sido durante el maratón de Clásicos, esa pancarta no se habría retirado. Porque habría sido entendida como una inferencia en la política blanca y una especie de menosprecio hacia Mourinho.
"Aquellos días las comidas de directivas eran velatorios llenos de miradas tensas. No creo que hubiera ocurrido algo parecido. La pancarta habría seguido en su sitio", comentan fuentes del Real Madrid. Conclusión: algo ha cambiado.
Las razones de la unión
Tal y como contó EcoDiario.es, los negocios en Qatar, la guerra del fútbol y las televisiones ha unido más que nunca los intereses de ambos mandatarios. Es el nexo más potente para explicar semejante movimiento. No el único: ni a Florentino ni a Rosell les gustó personalmente el giro que dieron los acontecimientos, especialmente tras lo visto en la Supercopa (el dedo de Mourinho incluido).
En el lado blanco, Florentino accedió a colocarse cerca de su capitán, Iker Casillas, y de muchos colaboradores que le pedían mutar la política del club. Además, él y Mourinho se dieron cuenta de que con la vía de la crispación no habían ganado nada. Era bueno empezar a fomentar la vía del entendimiento.
Por su parte, Sandro Rosell, inflexible a final de temporada con respecto al conjunto de la capital, también cambió de postura ante el mar de opiniones recibidas cuando, a principos del verano, anuncio que romperían relaciones si volvían a repetirse las provocaciones de la primavera. Algunos le tacharon de blando. Otros de inoportuno. Fue entonces cuando comprendió que meterse en el fango que le propuso el conjunto merengue no era bueno.
Por eso cuando se produjo el 'dedazo' de Mourinho a Vilanova, desde el Camp Nou, lejos de echar gasolina al fuego, se mantuvo una cierta distancia y algo de calma.
El resto llegó rodado. Y seguirá así en 2012. Salvo que los acontecimientos viren hacia lo contrario, Real Madrid y Barça seguirán viviendo este idilio momentáneo fruto del 'pacto secreto' entre Florentino Pérez y Sandro Rosell.