
La Federación Española de Fútbol (RFEF) que dirige Ángel María Villar sigue insistiendo en su estrategia . Mientras que los clubes españoles protestan por la carga de amistosos y los internacionales se arrastran ante tanto partido sin trascendencia (ejemplo: la derrota ante Italia), la entidad insiste en contratar partidos amistosos en cualquier fecha con los que hace caja. La última idea: jugar en Oriente Próximo apenas tres días antes de jugar el próximo partido de la clasificación para la Euro 2011.
El partido se disputaría el próximo dos de septiembre, con apenas dos semanas de Liga en marcha y tres días antes de que Logroño acoja el choque frente a Liechstein, cita que, de ganarse, daría la clasificación matemática para la Eurocopa de Polonia y Ucrania.
Según informa el diario As, la RFEF podría percibir hasta tres millones de euros por este amistos que en un primer lugar iba a jugarse en Europa, pero que la negativa de varias selecciones continentales a jugarlo terminó aplazando la decisión.
Pese a que apenas quedan 20 días para ese 2 de septiembre, los directivos trabajan a contrarreloj para rellenar, sí o sí, esa fecha FIFA vacante.
El objetivo era conseguir una oferta jugosa y aunque ha habido propuestas de América, la RFEF consideraba demasiado cansado un viaje tan largo. Sin embargo, el desplazamiento para este encuentro podría suponer casi seis horas de viaje. Paliza en toda regla que, aunque no llega al nivel de un trayecto al otro lado del 'charco', supondrá un evidente esfuerzo físico.
Qatar y Kuwait son las dos máximas candidatas a hacerse con este duelo que podría jugarse frente a otro combinado europeo o americano.